Secuestros de mujeres campesinas (o quizá problemas con los procuradores).

…       1.-El empowerment anglosajón ha hecho fortuna en ciertos ambientes y, ni cortos ni perezosos, algunos eruditos a la violeta han empezado a hablar de “empoderamiento”. El trampantojo también ha sido acogido en catalán, aunque planteando algunas dudas en esta traslation de pacotilla.

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      2.-En alguna resolución parlamentaria, de cuyo nombre no quiero acordarme, los modernos dictaminaron que el término adecuado era el de “apoderament” y hablaron, en concreto, de “apoderament de la ciutadania”. Se abandonaba, por tanto, la palabra “empoderament”, ya muy extendida en tertulias y chácharas diversas.

……Sin embargo, lo cierto es que el legislador se había puesto antes  à la page y, en el art. 50 de la Ley catalana 17/2015, de 21 de julio, de igualdad efectiva de mujeres y hombres, disponía lo siguiente (el subrayado es mío):

 

 …      “Article 50. Apoderament de les dones del món rural

  1. L’Administració de la Generalitat ha de posar en valor [ah, la France, oui, oui, il faut mettre en valeur] la funció de les dones com a eix estratègic per al desenvolupament rural. En concret, ha de: […]”

…      Quizá los lectores que no conocen el catalán –y los que lo conocen- se han asustado un poco. Puedo tranquilizarles asegurando que no ha llegado a Cataluña la  temible estrategia del Estado islámico consistente en el rapto masivo de féminas. Nadie se ha apoderado de ellas. Tampoco parece haber riesgo de  compraventa de muchachas, pese a que su función se ha “puesto en valor”.

 

…     Igualmente, he telefoneado al Colegio de Procuradores y me han asegurado que no observan problemas dignos de regulación específica en el apoderamiento efectuado por las mujeres que viven en zonas rurales (en catalán suele usarse con total normalidad en este caso el vocablo apoderament).

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  …     3.-Lo más curioso es que la palabrita es muy apreciada por algunas corrientes liberadoras dignas y respetables (y la suelen repartir entre las mujeres, entre los marginados, etc.). Sin embargo, creo que sería preferible buscar alguna otra fórmula más natural y menos pedante, ya que choca en nuestros idiomas con una contradicción sustancial: el apoderado queda siempre bajo el control del poderdante (al cual debe rendir cuentas, informar sobre el cumplimiento de las instrucciones recibidas, etc.).

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