Es probable que el origen esté en la copia de la expresión inglesa “social distancing”, aunque en dicha lengua también se usa “physical distancing” y existe asimismo la forma verbal “to keep distance”. Ahora bien, en castellano suena un poco cargante y nada añade al tradicional y más preciso “guardar distancia”. Es la primera regla del boxeo y se ha revelado como la norma normarum contra la pandemia.
Cuando uno sale de casa, automáticamente empieza a operar la ley del alejamiento, con o sin pandemia, porque el ámbito ya es colectivo y lo normal es, precisamente, la presencia no escrita de áreas donde el contacto o la mera cercanía no se aceptan. Por eso se dice que toda distancia es social. En consecuencia, esta moda de la “distancia social” sería algo así como la “distancia distanciada” o la “distancia sobre distancia”. En definitiva, un adjetivo que nada añade y que se muestra pesado y reiterativo. Conviene, pues, guardar o mantener las distancias si quiere arrimarse.
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