23 años ya.

Esto quiere decir que mis alumnos ya no vivieron lo que nos tocó a nosotros: notar el peso de un  asesinato paso a paso, con la muerte cabalgando en cada segundo. Sería instructivo que lo supiera esta generación del what’s up y del tiempo real. Quizá sus padres les hayan explicado algo. En la escuela confío poco. Supongo que vendrán correctamente adoctrinados.

***

Deja un comentario