El abogado Alfonso López-Ibor Aliño compara brillantemente–asumiendo ciertos riesgos- las normas de control de precios y de suministros dictadas en ciertos momentos de la Revolución Francesa y las últimas y sorprendentes congelaciones de rentas y tarifas adoptadas por nuestro Ejecutivo. Vuelven los buenos tiempos para la Ley de máximo, como el artículo describe. Recuerdo que el viejo COU iniciaba la asignatura de Historia Contemporánea con un buen mesecito de Revolución Francesa. Tuve suerte con el gran profesor don Juanjo Miguélez. Supongo que ahora la cosa será más complicada, porque se les va a decir a los muchachos que la historia comenzó en 1812.
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