Ayer enterramos a Manolo Cachón. Tristeza y también serenidad contenida. Pero hoy, con la vuelta a las actividades cotidianas, más cuenta me doy de que dijimos adiós a un gigante. Hace sólo unas semanas (creo que fue la última vez que hablé con él), aún pude comentarle mi reciente visita a la exposición sevillana “Los Machado. Retrato de familia”.
Manolo fue un gran machadiano. En esto coincidía con Manuel Férez, siempre con el verso o la reflexión a punto. Con ganas de hablar, en aquella silla en la que me recibió junto a la extraordinaria Nuri, aún recitó de memoria el poema llamado “Ecos” escrito por Manuel Machado recordando la muerte de su hermano. Con una voz que era pura vida, recitaba con hondura aquel fragmento:
“¿Qué dicen, sin decir nada…?
Sin contar nada, ¿qué cuentan…?
De estas palabras sencillas
¿qué puso Antonio en las letras?
¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!”
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