Notes per a una teoria sobre l’element temporal del boc expiatori.

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Cal estar molt atent als avisos o suggeriments de lectura que de quan en quan fa el mestre A. Jiménez-Blanco. És cert, però, que em compliquen l’organització del temps perquè, de ben segur, anotarà llibres lluminosos, autèntics deures que un llegidor despert no pot oblidar.

Fa unes setmanes, el llibre assenyalat era El caso Brasillach. La Francia “collabo” ante el espejo, escrit per Alice Kaplan, pròleg de Juan Manuel de Prada i traducció de Francisco Campillo (Fórcola, 2025)*.La recensió es publicava al ja imprescindible Almacén de Derecho. Tant aquesta breu ressenya com el mateix llibre plantegen diverses qüestions (elecció de jutges i tribunals, llibertat d’expressió, “justícia transicional”, etc.)

Un dels punts principals d’aquesta recomanació de lectura és la reflexió sobre la figura del boc expiatori. En aquest supòsit però, el factor principal de la institució sacrificial és el temps. En el cas de Brasillach, el seu judici es juga en una curta fracció dins dels vuit mesos que van des d’agost del 1944 a l’abril del 1945 (etapa de persecució selectiva dels col·laboracionistes).

Amb el temps, és cert que s’ha suavitzat el rebuig a Brasillach i fins i tot Jiménez-Blanco ens adverteix que algunes veus ja parlen d’ell com a màrtir. Això vol dir que el boc expiatori juga amb dos terminis:

  1. Moment de judici i execució.
  2. Fase de valoració històrica posterior (moltes vegades, amb aparició de judicis favorables).

La clau defensiva del boc expiatori consisteix sovint en allargar al màxim la fase a). Ho sabien molt bé, per exemple, els que intentaren defensar Puig Antich contra l’aplicació de la pena capital. Es tracta de guanyar uns mesos, potser unes setmanes, davant l’imminent canvi de règim. L’atemptat contra Carrero Blanco, però, ho va canviar tot:

Fue el propio Puig Antich quien con más claridad comprendió las consecuencias del atentado que acabo con Carrero Blanco. “ETA m’ha matat”, les dijo a sus hermanas. Sabía que él iba a pagar. Nunca habló de venganza. “No nos lo dijo asustado ni triste, sino convencido, tranquilo”, recuerda Carme. Los abogados Francesc Caminal y Oriol Arau fueron conscientes de lo que suponía aquel magnicidio y cómo afectaria al proceso: “Salvador se dio cuenta rápido, antes incluso que nosotros. Quedaba poco para la vista, un par de  semanas, y nos pusimos a organizar una respuesta internacional”, dice Caminal. Viajaron a París y Bruselas, pero los contactos abiertos sirvieron de poco. Es probable que la suerte de Puig Antich ya estuviese decidida.”[1]

En efecte, el substrat de l’arquetip del boc expiatori és la marea prèvia, que avança amb rapidesa entre culpes, vergonyes, remordiments…Ara bé, a partir d’aquesta base el més freqüent és l’aparició d’una guspira  que fa esclatar el degollament: la presència d’un exèrcit estranger, un crim de darrera hora, un canvi legislatiu, etc. Davant d’aquest onatge, el Dret es torna selectiu i veloç, implacable i capritxós…

                                   J. Amenós.


[1] CALDERÓN, Manuel: Hasta el último aliento. Puig Antich, un policía olvidado y una guerrilla contracultural en Barcelona., Tusquets Editores, Barcelona, 2024.

[La foto correspon al quadre de Francisco de Goya, «El aquelarre» (1797-98, Museu Lázaro Galdiano)

*Versión en castellano:

TRADUCCIÓN RÁPIDA:

NOTAS PARA UNA TEORÍA SOBRE EL ELEMENTO TEMPORAL DEL CHIVO EXPIATORIO.

Hay que estar muy atento a los avisos o sugerencias de lectura que de cuando en cuando hace el maestro A. Jiménez-Blanco. Es cierto, sin embargo, que me complican la organización del tiempo porque, a buen seguro, anotará libros luminosos, auténticos deberes que un lector despierto no puede olvidar.

Hace unas semanas, el libro señalado era El caso Brasillach. La Francia «collabo» ante el espejo, escrito por Alice Kaplan, prólogo de Juan Manuel de Prada y traducción de Francisco Campillo (Fórcola, 2025)*.La recensión se publicaba en el ya imprescindible Almacén de Derecho. Tanto esta breve reseña como el propio libro plantean diversas cuestiones (elección de jueces y tribunales, libertad de expresión, «justicia transicional», etc.)

Uno de los puntos principales de esta recomendación de lectura es la reflexión sobre la figura del chivo expiatorio. En este supuesto, sin embargo, el factor principal de la institución sacrificial es el tiempo. En el caso de Brasillach, su juicio se juega en una corta fracción dentro de los ocho meses que van desde agosto de 1944 a abril de 1945 (etapa de persecución selectiva de los colaboracionistas).

Con el tiempo, es cierto que se ha suavizado el rechazo a Brasillach e incluso Jiménez-Blanco nos advierte que algunas voces ya hablan de él como mártir. Esto quiere decir que el chivo expiatorio juega con dos plazos:

  1. Momento de juicio y ejecución.
  2. Fase de valoración histórica posterior (muchas veces, con aparición de juicios favorables).

La clave defensiva del chivo expiatorio consiste a menudo en alargar al máximo la fase a). Lo sabían muy bien, por ejemplo, los que intentaron defender a Puig Antich contra la aplicación de la pena capital. Se trataba de ganar unos meses, quizás unas semanas, ante el inminente cambio de régimen. El atentado contra Carrero Blanco, sin embargo, lo cambió todo:

….“Fue el propio Puig Antich quien con más claridad comprendió las consecuencias del atentado que acabo con Carrero Blanco. “ETA m’ha matat”, les dijo a sus hermanas. Sabía que él iba a pagar. Nunca habló de venganza. “No nos lo dijo asustado ni triste, sino convencido, tranquilo”, recuerda Carme. Los abogados Francesc Caminal y Oriol Arau fueron conscientes de lo que suponía aquel magnicidio y cómo afectaria al proceso: “Salvador se dio cuenta rápido, antes incluso que nosotros. Quedaba poco para la vista, un par de  semanas, y nos pusimos a organizar una respuesta internacional”, dice Caminal. Viajaron a París y Bruselas, pero los contactos abiertos sirvieron de poco. Es probable que la suerte de Puig Antich ya estuviese decidida.”[1]

En efecto, el sustrato del arquetipo del chivo expiatorio es la marea previa, que avanza con rapidez entre culpas, vergüenzas, remordimientos… Ahora bien, a partir de esta base lo más frecuente es la aparición de una chispa que provoca el degüello: la presencia de un ejército extranjero, un crimen de última hora, un cambio legislativo, etc. Ante este oleaje, el Derecho se vuelve selectivo y veloz, implacable y caprichoso…

                                   J. Amenós.


[1] CALDERÓN, Manuel: Hasta el último aliento. Puig Antich, un policía olvidado y una guerrilla contracultural en Barcelona., Tusquets Editores, Barcelona, 2024.p. 295

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