Aumenta el interés ante las torpezas legislativas de la neolengua inclusiva. Con Alejandro Molina.

    Cuadro: aquí.*

        Alejandro Molina se sorprende ante la irrupción de “monomarental” en el proyecto de Ley de Familias. No es una de las burradas más gloriosas e incluso goza de alguna línea de defensa, no crea. La neolengua inclusiva ha alcanzado cotas de mayor ridiculez, como venimos desgranando humildemente en nuestros “sábados exclusivos”. Siempre pienso que voy a cerrar la sección, pero luego me arrepiento ante una nueva joya de tontería a la violeta. Es cierto que no comenté el “sexilio”, que se me salía un poco del tema y que ya iba directamente a la invención de términos. De todos modos, don Alejandro, no crea usted, hay estudios por ahí con sesudas aportaciones en esta materia y son capaces de haber montado un corpus arregladito con cuatro revistas científicas. Le sugiero un experimento: escriba  sexilio en la investigación científica”* en la ventanilla del Sr. Google y deje volar su imaginación. Si lo lee algún universitario, que no escriba “sexenios”, que me lo veo venir, que son unos obsesos, oiga.

            El artículo de Molina expone dos puntos que me preocupan especialmente:

            -En primer lugar, el carácter aberrante desde el punto de vista lingüístico y gramatical de estos trampantojos.

            -En segundo lugar, su configuración como ariete ideológico, sostenido por esforzados guerreros que imponen en la sala del castillo asaltado sus prejuicios políticos y sociales.

            Creo que la táctica de lo que llamo un poco groseramente “los inclusiveros” se basa en un par de premisas:

            a) Las fórmulas lingüísticas actuales expresan una situación de opresión.

            b) Yo no las empleo, las cambio y, por tanto, proclamo ante el mundo mi superioridad moral y política.

            El apartado a) jamás ha sido demostrado. Por eso, como son muy cucos, han construido la patética historieta de la visibilidad, un mal chiste de humor gráfico. Respecto al apartado b), creo que no hay que emplear la lógica para arremeter contra esa pamplina. Son más eficaces la ironía y el sarcasmo. Ni una concesión a la mentira de que ello son más justos y buenos. Pero sobre esto hablaremos otro día, porque merece un mayor desarrollo y porque quiero dejarles ahora en compañía de don Alejandro Molina:

                        “Y ahora “monomarental”” (The objective, 11 de abril de 2023).

***

Sábados exclusivos. La comedia inacabable.

  Foto:aquí*. 

                                                     I

Biff Loman.-Lo han vuelto a hacer.

Happy Loman.-¿Dónde lo leíste?

Billy Loman.-En el Decreto-Ley 2/2023, de  6 de marzo, de medidas urgentes en materia del servicio público discrecional del transporte de personas viajeras y en otras materias vinculadas a sectores económicos, aprobado por el Consejo de Gobierno de las Islas Baleares.

Happy Loman.- “Personas viajeras…” Es curioso. Esta ridícula expresión sólo aparece en el título, porque lo cierto es que luego no se menciona ni una vez en todo el texto del Decreto-Ley. Por el contrario, nada menos que en 34 ocasiones se usa con toda tranquilidad el “viajeros” de toda la vida, que a nadie excluye ni rechaza, por supuesto.

Biff Loman.- Es probable que lo colocaran simplemente en el título para disimular y para burlar la vigilancia del Delegado de Lenguaje Inclusivo. Buena jugada.

Happy Loman.-Pasó algo parecido en el Real Decreto-Ley estatal 20/201, de 5 de octubre, por el que se adoptan medidas urgentes de apoyo para la rcparación de los daños ocasionados por las erupciones volcánicas y para la reconstrucción económica y social de la Isla de La Palma: metieron “personas viajeras” en la Exposición de Motivos pero después ya se olvidaron en el cuerpo de la  norma.

Biff Loman.-También pudo ocurrir que alguien se diera cuenta de que “persona viajera” no equivale a viajero. Hemos de confiar en la sensatez del redactor. La “persona viajera” es el trotamundos permanente, el entusiasta que se ha ganado ese adjetivo y que se mueve frecuentemente de un lugar a otro con enorme pasión (o quizá por obligación). El viajero, por el contrario, está realizando un viaje, se desplaza en una ocasión concreta y por eso la legislación le protege en su trayecto. Y da igual que lo repita muchas veces o no, como don Antonio Machado en su vagón de tercera o como la viajera que quiso enseñar a besar a Sabina en la Gare d’Austerlitz*.

Happy Loman.-Lo cierto es que sigue faltando el homenaje a nuestro padre y estos tunantes siguen con sus malabarismos vacíos.

                                                        II

Biff Loman.-¿Quién es? Pase, pase, Sr. Minguella, le estábamos esperando.

Josep Minguella.-Buenas tardes, Gracias, mire aquí tiene mi tarjeta.

         (Le entrega una tarjeta comercial en la que se lee: “Josep Minguella. Soluciones inclusivas/Remedios inclusivos”)

Happy Loman.-Señor Minguella, le habíamos llamado porque queremos que se apruebe la Orden para la erección del monumento a la memoria de nuestro padre y de todos los que han practicado su oficio, pero el Sr. Delegado del Lenguaje Inclusivo no aprueba el expediente y lo tiene paralizado.

Josep Minguella.-Lo entiendo, lo entiendo, pero tengan un poco de paciencia, porque ahora le enseñaré mi “mostruari”**, con  algunas chapuzas y apaños que el Sr. Delegado no podrá rechazar. “Miri, miri”, esta es muy maja y se la vendimos a la Comunidad Autónoma de Andalucía, que aprobó el Decreto 84/2021, de 9 de febrero, por el que se modifica el Reglamento de los Servicios de Transporte Público de Viajeros y Viajeras en Automóviles de Turismo, aprobado por Decreto 35/2012, de 21 de febrero.

Biff Loman.-No está mal, Sr. Minguella, pero no va a colar porque ya sabe usted que las señoras y los señores Delegados de Lenguaje Inclusivo desdoblan siempre poniendo el femenino en primer lugar. Ya  habrá oído usted aquello de “trabajadoras y trabajadores”, …Además, comprenderá que aquí la gente es muy bruta y pronto empezarán los chistes procaces en torno al monumento al viajero y a la viajera (no quiero ni imaginar el texto de las futuras pintadas).

Josep Minguella.-“No pateixi”, no sufra, porque precisamente tenemos el producto ideal. Como ustedes ya habrán “sentido”, yo vengo de la tierra del “viatjant”, el “viatjant català”, ya saben, cuando Sabadell y Tarrasa eran la gran fábrica textil de España. Casi un siglo y medio pateándonos la península antes de que llegaran los chinos y don Amancio y se estropeara el invento.

Biff Loman.-Eso es, claro, lo auténtico: “Monumento al viajante”. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? Mi padre estaría orgulloso y nuestro creador también[1]. Incluso Marilyn[2] se alegrará, allí donde esté.

Josep Minguella.-Sería bonito, sí, sería lo correcto, pero a nosotros nos “pertocan”los trampantojos pseudoinclusivos, que son nuestro mejor producto. La placa dirá: “Monumento a la persona viajante”. Fíjese si hemos tenido éxito, que ya estoy tramitando el cambio de nombre del mausoleo de los Amantes de Teruel por el de “Mausoleo de las Personas Amantes de Teruel”.

***


[1] Como el lector ya habrá intuido, nos estamos refiriendo a la imponente obra teatral “La muerte de un viajante” (Death of a Salesman, 1949), escrita por Arthur Miller. Biff Loman y Happy Loman son dos personajes del libreto.

[2] Marilyn Monroe y Arthur Miller se casaron en 1956 y se divorciaron en 1961.

**»Mostruari» es una palabra incorrecta, construida por la influencia deformadora del castellano «muestrario» sobre el catalán «mostrari». Sin embargo, en el lenguaje coloquial disfrutó de un uso amplísimo.

***

ülitmos artículos de esta sección:

.-Sábados exclusivos. El «lenguaje inclusivo» se quedó en la papelera del ordenador*.

.-Sábados exclusivos. Al grano*.

.-Sábados exclusivos. En la punta de la lengua*.

.-Sábados exclusivos. Derrotados en la gran final*.

.-Dissabtes exclusius. Expansiu*.

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Sábados exclusivos. Al grano.

Foto:

[Dentro de nuestra sección «Sábados exclusivos« ***; «Dissabtes exclusius«]***.

     Como sabemos, el Derecho laboral se encuentra ya considerablemente infectado por la jerga “inclusiva”.*** De todos modos, los trabajadores aún resisten con fuerza y defienden con tesón –hombres y mujeres- el alcázar de su norma central, el Estatuto de los trabajadores.

     Por el contrario, el Derecho tributario se muestra firme en el román paladino. Hay que recaudar y no estamos para tonterías. A lo largo de la Ley General Tributaria, por ejemplo, desfilan sin ningún problema el obligado tributario, el sujeto pasivo, el contribuyente y su sustituto, los sucesores de personas físicas y jurídicas, el inspeccionado, etc. A nadie se le ha ocurrido hablar de la contribuyente, la inspeccionada o la defraudadora. La igualdad ante la ley, la evitación de obscuridades, la corrección lingüística y una sólida tradición  doctrinal han llevado al legislador tributario a evitar ambigüedades y caprichos.

     Ejemplo de lo anterior, aunque al nivel de la publicidad institucional y no de norma, es la reciente campaña de la Agencia Tributaria para la tramitación del beneficio fiscal de 200 euros para, textualmente:

     “-Asalariados,

     -Autónomos,

     -Beneficiarios de prestación o subsidio por desempleo”.

     Por supuesto, nada que objetar. No se ha oído ninguna voz relativa a la discriminación de nadie y todos han entendido que, tanto hombres como mujeres, podían aprovechar esta ventaja. Las fechas se echaban encima y los remilgos “inclusivos” eran lo que siempre han sido: una pérdida de tiempo y una complicación verbal innecesaria.

***

Sábados exclusivos. En la punta de la lengua.

Foto: aquí*.

[Dentro de nuestra sección «Sábados exclusivos«; «Dissabtes exclusius«]

        1.–       » (Mairena, en su clase de Retórica y Poética.).

        Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: “Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa”.

        El alumno escribe lo que se le dicta.

        -Vaya usted poniendo esto en lenguaje poético.

        El alumno, después de meditar, escribe: “Lo que pasa en la calle”.

        Mairena.-No está mal.”

        Así se expresaba Juan de Mairena según nos dejó escrito don Antonio Machado. Suele ponerse este fragmento como ejemplo de vocación de claridad en la poesía.

        El lenguaje jurídico, por el contrario, se considera a menudo la cima del artificio y la oscuridad. No es fácil alcanzar la sencillez en este terreno. Influyen ahí la pesadez del acarreo histórico, la necesaria precisión de un vocabulario especializado, la presencia de rutinas burocráticas pegajosas e incluso el oscurecimiento por motivos bastardos.

*

        2.-La complicación de los lenguajes académicos, administrativos y legales dio lugar a mediados del siglo XX a la aparición de un movimiento en favor de la claridad en el lenguaje. Se desarrolló principalmente en el mundo anglosajón, con la corriente del plain English.

        El campo del Derecho es, precisamente, uno de los más cultivados por este movimiento. Suele citarse aquí como auténtica obra fundacional la obra del profesor David Mellinkoff, The Language of the Law (1963). En una publicación más sintética y posterior –Legal Writing: Sense&Nonsense (1982)- Mellinkoff se enfrenta con la cuestión del “sexism” en la lengua de las normas. Ya en esa época clamó contra el desdoblamiento de pronombres y otras manipulaciones que empezaba a sufrir el idioma inglés. Fue famosa al respecto su propuesta un tanto jocosa: “Neither male chauvinism nor anti-sexism ought to tolerate nonsense*. Obviamente, su propósito no logró éxito.

**

        3.-La tendencia que estamos comentando se ha plasmado incluso en una relevante Plain Language Association International (PLAIN)*. Con el tiempo, se ha conectado esta cuestión con un auténtico derecho humano a comprender las normas. De hecho, este tema ya estaba en Joaquín Costa y su texto clásico sobre el problema de la ignorancia del Derecho.

        Pues bien, en este mismo mes la Real Academia Española y el Defensor del Pueblo han firmado un convenio para fomentar el lenguaje claro y accesible en la Administración*. Entre otras acciones, se prevé que la RAE realizará auditorías lingüísticas para verificar la calidad y claridad del español usado en todos los ámbitos de la Administración del Estado. El Defensor del Pueblo, por su parte, se compromete a supervisar el uso del lenguaje claro. Para ambas instituciones, un auténtico trabajo de Hércules en los establos de Augías.

***

El pecado.

`

Foto: *. [Dentro de nuestra sección «Sábados exclusivos«*]

           “-Padre, vengo a confesarme. En la ponencia preparatoria de la nueva Ley de ciudadanía corporativa[1] e incluyente no desdoblé adecuadamente y en la norma se han colado varios “trabajadores”, “usuarios” y “administrados”. Estoy desolado/a.

            -Lo comprendo hijo mío/hija mía. Es una desobediencia grave, en efecto. Ya sabes que nuestra fe se basa en que el masculino  para el género no marcado “invisibiliza” a las mujeres. En román paladino, las esconde [¡?]. Por tanto, cada vez que dices, por ejemplo,  “los letrados de la Administración de Justicia”,  colaboras con el diablo y debes expiar tu falta.

            -Pero padre/madre, observo que usted ha dicho diablo y no “persona diabla”.

            -Ya sabes que no me gusta que señales las faltas de las sacerdotisas/sacerdotes. Debes respeto a nuestros legisladores/as, que llenan los boletines oficiales de nuestra sagrada jerga, pero se olvidan de ella en los debates políticos y parlamentarios. En efecto, es terrible oir constantemente que debemos “apoyar a los ucranianos”, pero jamás se habla –adecuadamente- de “los ucranianos y las ucranianas”.  Y lo mismo ocurre con “los progresistas”,“los conservadores”,“los fascistas”…Pidamos a las unidades de lenguaje inclusivo que desplieguen su gracia carismática y corrijan a los fieles y a las fielas (ummm, suena mal, pero sigo) con sus santísimos informes.

            -Excúseme padre/madre, progenitor en sentido espiritual/progenitora en sentido espiritual, pero no me ha aclarado lo del diablo/diabla.

            -Lo solucionaremos de momento con “persona diabla”, porque lo de “el diablado” (igual que decimos “el alumnado” o “el profesorado”) merece una reflexión más pausada…”

            Este diálogo inventado quizás haga sonreir, pero ilustra una grave consideración. Si se carga al masculino para el género neutro con el pecado de la “invisibilización” del cincuenta por ciento de la población y con el peso de la colaboración con un orden injusto, cada vez que se utiliza –y esto es lo habitual en la vida cotidiana- se comete una falta, un atentado a reglas morales elementales de promoción de la igualdad y de la no discriminación. Es una estupidez, pero es lo que ocurre cuando se sacan las cosas de quicio.

            Si quieren, no obstante, profundizar en el dogma, les dejo con mi admirado Soto Ivars, que tendría una penitencia preparada para nuestro hipotético pecador: no hablar.*

***


[1] Aunque ya derogada, la Comunidad Autónoma de Valencia promulgó  en el año 2009 la Ley 11/2009, de 20 de noviembre, de ciudadanía corporativa, un bodrio lingüístico y conceptual  construido alrededor de la interferencia de la expresión inglesa “Corporate citizenship”. El legislador se arrepentiría luego y promulgaría la Ley 18/2018, de 13 de julio, para el fomento de la responsabilidad social, una norma con varios clichés de “lenguaje inclusivo”, pero perpetrados en sana convivencia con “consumidores”, “destinatarios”, etc.

Mami, quiero ser persona artista.

Foto: Alexander Tamargo. Getty Images. Rolling Stone.***

[Dentro de la sección de «Sábados exclusivos» **]

  1. Aunque nos aguarda una exigente exégesis normativa, tengo la esperanza de que hoy vamos a ser menos rutinarios, ya que nos adentramos en el mundo del espectáculo y del glamour. Nada menos que el Real Decreto-Ley 1/2023, de 10 de enero, de medidas urgentes en materia de incentivos a la contratación laboral y mejora de la protección social de las personas artistas (BOE núm. 9 de 11 de enero). Un Decreto-Ley, por cierto, que ha generado una cierta perplejidad, ya que no se sabe muy bien por qué se subrayaba con normas  singulares la relación especial de los artistas, mientras que otros trabajadores también bajo relación laboral especial no  disfrutaban de mención individualizada. De todos modos, ya aviso que el Decreto-Ley no es jauja y que las disposiciones exclusivas para los artistas se van encontrando aquí y acullá, espigando artículos con la ayuda del buscador informático. Un Decreto-ley, pues, con bella sistemática legislativa.
  2. Sólo con el título, la comedia ya promete: “las personas artistas”. Esta manía de juntar dos sustantivos para que la cosa encaje ya generaba consecuencias perturbadoras en el caso de las “personas trabajadoras”. Aquí, más bien, esta conversión forzada del sustantivo en adjetivo (“las personas artistas”), mueve al escarnio y a la chirigota. Veamos.
  3. El informe de la Real Academia de la Lengua sobre estas cuestiones –que Gobierno y Parlamento ya se pasan por el forro- se centraba principalmente (de acuerdo con el objeto del dictamen que se solicitó) en el error de la duplicación constante. Esto es, por nombrar un supuesto, “vascos y vascas” repetido en cada párrafo. En palabras de Darío Villanueva,  una opción estomagante[1].
  4. Pero el bostezo acompaña también a otros  manejos –siempre trucos malos- del llamado “lenguaje inclusivo”. Por ejemplo, esta  pesadez de “las personas artistas”. Es aburrido y fatigante para el lector y también para el redactor. De hecho, incluyendo el título, mi ordenador certifica que sólo en 6 ocasiones aparece la expresión “persona artista”, mientras que el “artista” de toda la vida, el que siempre se usó para el género no marcado, gana de calle y llega a 30. El “inclusivista”, pues, se hartó pronto y, después del rimbombante título, se perdió entre la laxitud de la vida bohemia.
  5. Aparecen incluso en el texto del Decreto-Ley especímenes curiosos que rompen la “personitis” como, por ejemplo, “los autónomos artistas”. Aquí, pues,  el legislador paró el carro y evitó el grotesco sintagma “persona autónoma artista”, que quizá acabaría desembocando en robots cantantes o cosas peores.
  6. El problema, sin embargo, no es sólo el latazo. Lo más molesto es este amaneramiento legislativo de pitiminí. Ya vimos hace unos días *** que los laboralistas se estaban sometiendo y ya iban entregando el término “trabajador” (la seña histórica que los identifica, tanto para defender a hombres como a mujeres, pero allá ellos). Sin embargo, sé que mis amigos de la farándula van a resistir. Podrá discutirse, quizá, si la expresión “Presidente del Gobierno” ensució  nuestra alma y puso los huevos de la discriminación en lo más recóndito de nuestro inconsciente. Pero lo que es evidente es que el uso de “artista” –con su impresionante carga semántica- no ha impedido a  féminas y caballeros  protagonizar las luces y  las sombras del artisteo en el teatro, el cine, la canción o la televisión.
  7. Debo admitir, no obstante, que tiene una ventaja el  empleo de los términos que hemos visto en el título de esta norma. En concreto, ante la pregunta eterna –la persona artista, ¿nace o se hace?-, los juristas podremos responder con seguridad y con el apoyo del artículo 30 del Código civil que “la personalidad artística se adquiere en el momento del nacimiento con vida, una vez producido el entero desprendimiento del seno materno y manifestada una especial predilección por el sonido de las castañuelas”.

[1] Darío Villanueva, Morderse la lengua. Corrección política y posverdad.(2021), pp. 137 y ss.

Sábados exclusivos*, **,***

Dissabtes exclusius.*,**.***

Foto: Diario de Cádiz*

Y el Derecho laboral se fue por la alcantarilla.

[Dentro de nuestra sección de «Sábados exclusivos«]

         Me encuentro en el pasillo con unos compañeros laboralistas. Son unos magníficos profesionales, con el punto de sensibilidad ideológica que suelen tener los cultivadores de esta rama. Explican que están redactando un informe y que tienen dificultades para seguir las reglas bastardas de ese trampantojo del “lenguaje inclusivo”. Me sorprende ver a esta brava gente arrodillada ante la paparrucha supersticiosa. Escuchando sus cuitas, me hago una idea del problema:

         1.-Como ya hemos dicho en otras ocasiones, el objetivo es no decir nunca “trabajador”. Es cierto que el Estatuto aún guarda esta infame palabra, pero tiene los días contados. Desde luego, hay que tener bemoles –en estos días de memorias históricas- para renunciar a ese término. No tengan miedo, señoras y señores, que “trabajador” –cuando opera como género no marcado- incluye a los obreros del metal y a las muchachas de bata azul de las factorías, a las mujeres con las cestas de la cosecha y a los hombres de la mar-.

         2.-Por tanto, apareció un listillo (existe en todas las oficinas y centros de trabajo) y dijo que había que duplicar. Esto es, “trabajadores y trabajadoras” en todos los textos legales. Se planteaban así dos inconvenientes:

                            a)¿Qué ocurre cuando no se desdobla y sólo se habla de “trabajador”? Las normas laborales de los últimos años suelen mostrar esta patología de la amnesia inmediata (o quizá de algún exceso alcohólico): duplican en los primeros artículos y vuelven a la forma correcta en los últimos (normalmente, en las disposiciones finales y transitorias ya no se está por tonterías).

                            b) El segundo problema es la pesadez. El mundo laboral es dinámico, activo y aguerrido y no me imagino una asamblea para la discusión del convenio teniendo que repetir a cada paso “trabajadoras y trabajadores”. Observen ustedes por ejemplo  que, en los debates parlamentarios, cuando la cosa se calienta nadie habla de ese modo (ni siquiera los más acérrimos defensores del invento).

         3.-Pero el mismo listillo de antes  (o quizás otro) no se rindió y nos regaló la infección de la “personitis”, a la cual ya nos hemos referido en esta sección en varias ocasiones: no hace falta desdoblar, pero hay que decir “persona trabajadora”. Como se ha proclamado hasta la saciedad, este término sólo ampara a las personas diligentes, pero las personas torpes y perezosas (no trabajadoras) no pueden ir a Magistratura.

         4.-La expresión cursi que comentamos, no obstante, ha de tener su contraparte y esto generó mayores dificultades. En efecto, el escenario contractual iba a resolverse con estas dos posiciones:

                                      -Empresario o patrón (sí, sí, esto último es ya muy antiguo).

                                      –Persona trabajadora.

         5.-Por razones que no vienen al caso, a los listillos no les gusta duplicar ciertos conceptos y no suele hablarse de “empresarios o empresarias”, “promotores o promotoras”, “grandes tenedores o grandes tenedoras”… Sin embargo, la opción de “persona empresaria” para evitar el desdoblamiento no entra ni con calzador. De hecho, no la he visto en el BOE (si algún lector caza el gazapo, se lo agradeceré efusivamente).

         6.-Pero nuestro listillo es como el “mago Pop” y siempre sale por donde menos te lo esperas. Empezó a recorrer el gris vocabulario de nuestra vida en el tajo y pensó que podía servir este triste término: “empleador”. Duplicarlo era grotesco: “el empleador o la empleadora” es casi un trabalenguas. Pues nada, le metemos una inyección de “personitis” y se arregla la chapuza: “la persona empleadora”.

         7.-Todo era felicidad con el hallazgo y así puede verse en el Real Decreto-ley 16/2022, de 6 de septiembre, para la mejora de las condiciones de trabajo y de Seguridad social de las personas trabajadoras al servicio del hogar (un bodrio lingüístico, como ya analizamos aquí:*).  Sin embargo, es verdad que esta norma sólo incluye a personas físicas dentro del vocablo “persona empleadora”. Ya veremos si se generaliza.

         8.-Por el momento, pues, sigue resistiendo el art. 1.1. del Estatuto de los Trabajadores:

                            “1. Esta ley será de aplicación a los trabajadores que voluntariamente presten sus servicios retribuidos por cuenta ajena y dentro del ámbito de organización y dirección de otra persona, física o jurídica, denominada empleador o empresario.”

         Pero ya sé que los listillos siguen merodeando por donde acampa este precepto y aguardan el momento para cambiar “trabajador” por “persona trabajadora”. A partir de ese instante, el factor trabajo ya no será un elemento sustantivo, nuclear y esencial –como lo es en “el trabajador”-, sino un mero adjetivo, un accidente añadido a la persona.

         En consecuencia, el contrato al que nos referimos será firmado entre dos personas y éste es el dato que pasa a ser  primario y fundamental. No es ninguna novedad, claro. Volvemos así  al terreno clásico del contrato civil, que no precisa de la pesada muleta tuitiva del Derecho laboral. No digo que este resultado esté bien o mal. Simplemente constato que el legislador se sitúa en los tiempos anteriores al Código de Trabajo de 1926 y a la Ley del contrato de trabajo de 1931. Les regalo a mis amigos laboralistas del pasillo un ejemplar del Castán.

***

Fotografías: * y **.

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Dissabtes exclusius. Obediència extrema.

            1.-Em sorprèn l’aparició de Jaume Serra-Hunter a la biografia de Marià Manent escrita per Albert Manent. En concret, consta que l’any 1931 va formar part del consistori dels Jocs Florals de Barcelona. Pensava que es tractava, sobretot, d’un home de ciències i que això justificava l’elecció del seu nom per al programa d’ajuts de la Generalitat per a investigadors d’elit.

            Jaume Serra-Húnter va estudiar Filosofia i Lletres i conreà el camp filosòfic, encara que molt preocupat per la connexió del pensament amb la història i amb el coneixement científic. Fou rector de la Universitat de Barcelona (1931-1933), a l’època en què va rebre el nom d’Universitat Autònoma. Desenvolupà en aquest càrrec criteris molt avançats d’organització acadèmica (per exemple, catedràtics contractats en funció del prestigi i professionals que exercien com a “professors lliures”). Vindria després la tragèdia de l’exili, formant part de la impressionant nòmina de filòsofs que tingueren Mèxic com a destí principal -magníficament estudiats per J.L Abellán a El exilio filosófico en América. Los transterrados de 1939.

            *

            2.-Però una cosa és l’estela dels mites i una altra la realitat mesquina i burocràtica. Em trobo amb la següent nota d’una important universitat pública catalana (em permetreu que, per motius elementals de compassió, no digui el nom). L’avís està dirigit als seus professors i els recorda les condicions per a sol·licitar el reconeixement dels mèrits de recerca (la negreta és meva):

            “Us informem que avui, dia 16 de gener, comença el termini per a presentar les sol·licituds de la convocatòria estatal de recerca de la CNEAI-ANECA, publicada al BOE de 5 de gener, amb la resolució de 23 de desembre de 2022 de la Secretaría General de Universidades, que aprova la convocatòria de l’avaluació de l’activitat investigadora, adreçada als/a les funcionaris/es de carrera i interins/es, dels següents cossos docents universitaris:

            –Catedràtics/es d’Universitat

            -Professors/es Titulars d’Universitat

            –Catedràtics/es d’Escola Universitària

            -Professors/es Titulars d’Escola Universitària

            De vegades he pensat deixat aquesta secció (ja portem més d’un any). Va néixer una mica com a resposta davant la perplexitat i  el seguidisme. Ara ja són alguns companys de lletres i del món de les lleis els que em punxen per a continuar. Som-hi, doncs, amb la collita d’avui.

**

            3.-En efecte, no hi ha manera d’encaixar “catedràtics/es”. Deixant de banda l’estupidesa oficinesca de les barres -que crea també un curiós embolic amb les ales dels funcionaris-, en català no és “catedràtices”, sinó “catedràtiques”. La “qu” se n’ha anat riu avall.

            Tots cometem errors. És normal. No es tracta de ser un mestre tites. Però el que em sorprèn –i d’aquí el títol- és aquesta submissió absoluta a les regles conventuals del llenguatge políticament correcte (que vés a saber d’on han sortit). De vegades peta la gramàtica i d’altres el sentit comú. Sovint, a més, fa riure. Dubto que aquesta forma de requerir als millors investigadors li hagués fet gaire gràcia a en Serra-Húnter.

***

Dissabtes exclusius. Tots podem ser inclusivaires.

Dissabtes exclusius. La botiga dels saldos inclusius.

Dissabtes exclusius.

Sábados exclusivos.

*Foto: Art Guzman.

Dissabtes exclusius.Tots podem ser inclusivaires


  1. Els que us guanyeu les garrofes ensenyant alguna cosa deveu estar tips del terme “professorat”. Els inclusivaires ho volien desdoblar tot –per això hem parlat aquí sempre de “llenguatge duplicatiu”-. Però, és clar, ells també són humans i es cansaven i cansaven l’auditori. Per això es van empescar nominalitzacions abusives que, ben aviat, van demostrar ser més carregoses que la duplicació enfadosa.
  2. Així va passar amb “professorat”: quin totxo trist i burocràtic comparat amb la claredat natural de “professors”! “Professorat” és un mot ideal per al capítol d’una llei o per a un reglament de complements retributius. Però es fa servir per tot: el professorat va al lavabo, el professorat no té sensibilitat davant el nou alumnat (un altre que fa pena), etc….
  3. En Pau Vidal (sempre astut i incisiu) proposava –amb un pèl d’ironia, certament- que s’emprés la paraula “professoram”. No em negareu que dóna una sensació de varietat i agilitat més intensa que “professorat”. Però crec que puc millorar-lo.Suggereixo que parlem de “la professoralla”. No em  disputareu que té un punt d’alegria. A més, té dos avantatges destacats:
    • -En primer lloc, no és un masculí genèric. Ja sabeu que els inclusivaires disparen a matar quan veuen un. Per això em sorprèn que utilitzin “el professorat”, que és un masculí genèric com una catedral.
    • -En segon lloc, heu d’admetre que hi ha interessants coincidències fonètiques amb “la canalla”. Això ens va perfecte perquè, en els documents escolars, trobarem la professoralla i la canalla, units per un so compartit i pel mateix objectiu. Dos femenins  sense sospita.
  4. Em direu que, en català, aquestes expressions tenen de vegades un to despectiu. Penseu en “la menestralla”, amb un regust de rebuig històric. Més directe i pejoratiu encara seria el ja clàssic “purrialla” o el més ampli de “gentalla”. També vindrien per aquí “la carlinalla” o ”la forasteralla”, ben populars en altres èpoques. Però nosaltres, professoralla de tot nivell i condició, no hem de tenir por d’aquestes associacions de sentit i, amb l’ajut de l’esperit de la LOMLOE (o com es digui), estendrem el deliri inclusivaire que ens portarà màgicament a la fi de totes les desigualtats.
  5. I ara, la torna: per què “inclusivaire”? Per una senzilla raó: el genèric masculí mai ha exclòs ningú i, per tant, no es pot parlar de “llenguatge inclusiu”. Quan el president Companys crida “Catalans!” per la ràdio el 1934 o quan el president Tarradellas es dirigeix als “ciutadans de Catalunya!”, no es van treure de sobre a la meitat de la població. Evidentment, parlaven per a homes i per a dones –com absolutament tothom va entendre ahir i entén avui -.
  6. La cançoneta del “llenguatge inclusiu” és, per tant, moneda falsa. Però com que l’invent ha tingut un cert èxit, penso que la manera correcta de fer-lo anar és referir-se al “llenguatge inclusivaire”. Amb una nominalització senzilla, passem a “els i les inclusivaires” i tothom content. Una abraçada i molta sort, estimada professoralla inclusivaire.

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Fotos: * **

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Dissabtes exclusius. La botiga dels saldos inclusius (i II).

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         1.-L’enxandallament del món, segons Pau Vidal, inclou moltes vestidures, marcades principalment per la tara de la uniformització. En aquest sentit, l’autor hi dedica moltes pàgines al predomini de les llengües hegemòniques, que s’autoproclamen universals. I tot un llistat que no em re sisteixo a transmetre, però ordenant els conceptes afectats per guionets:

         -Les franquícies.

         -Les grans cadenes amb establiments iguals a tot arreu.

         -Els traductors automàtics “que no saben traduir i creen petits grèmlins que es van esquitllant en les llengües amb esquerdes cada dia més grosses”.

         -La vulgarització de les formes en públic.

         -La roba d’esport i les vambes cridaneres.

         -La falta de respecte i l’exigència de drets improvisats.

         -El trap i el regató, les lletres d’analfabet salvatruchas i la rima sense rima.

         -La provocació sense programa.

         -La proliferació de cors i emoticones a raig, a doll i a betzef.

         -L’exhibició de misèries personals i col·lectives per televisió.

         -La reaparició de l’autoritarisme i la falta de principis.

         -La ignorància ostentada.

         -La reducció de vocabulari i l’augment del to de veu.

         -La mort de la ironia.

         -La suplantació de la comprensió lectora per la comprensió dels emojis.

         -Els caps de setmana de turisme rural i les tardes al centre comercial.

         -Els pares de família al Camp Nou amb samarreta fluorescent.

         -La reducció del sistema vocàlic, l’abandó dels pronoms febles i la repetició sistemàtica dels jingles de tertulià.

         -“És dir “no t’escolto” per “no et sento””.

         -“L’enxandallament del món també és parlar pel mòbil allà on està prohibit, posar-hi música a tota castanya quan vas en metro, la mala educació com a bandera de rebel·lió i de crits”.

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         2.-Òbviament, cadascú pot fer la seva tria. Reconec que no em disgusten els centres comercials: un entorn net, ordenat, de preus assequibles i que tanta felicitat ha portat a aquest vall de llàgrimes (i això no vol dir que no m’agradi comprar pels carrers de tota la vida). D’altra banda, m’atreveixo a afegir alguns exemples de xandallisme. Per exemple, la publicació de les qualificacions fent referència només al DNI o a un número universitari d’identificació. Tot aquest món al mateix temps groller i neocoelhista , ignorant i maleducat, és  l’adob de la neollengua inclusivista.

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         3.-I, ara sí, el premi. Fa mandra de comentar. Fins i tot acceptant la barroeria inclusivista, proliferen els errors i les faltes de concordança. Un xandall, per tant, per als nens d’ Olot:

         “Que aquesta propera nit sigui la més màgica de l’any per totes les nenes, nens i noies i nois de l’Escola i de la Garrotxa!  @olot_cat 🥰 Bona nit de reis!

         Infants i grans, preparades i nervioses per viure…LA NIT MÉS MÀGICA DE L’ANY!

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*Foto. Ron Lach.

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