Automatismos e inteligencia.

  Sigo con Camba y su ciudad automática, de cara a preparar la intervención en Roma. La inteligencia yerra, se interroga, duda; la mecánica no. Es un pensamiento brillante. Le da una vuelta más con la defensa -mucho más contenida de lo que parece- del analfabetismo, cuya convivencia con la inteligencia le parece al autor la cosa más normal del mundo. La tan cacareada “inteligencia artificial” sería, por tanto, la inteligencia cero. Coincide con aquella posición del profesor italiano que oí en Vigo: no es inteligencia, sino automatismo.

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      Lectura de Castillo Ramos-Bossini y su régimen jurídico de la responsabilidad administrativa de los contratos públicos. Consulto su “manual” sobre régimen de los altos cargos, de cara a trabar la distinción -no siempre fácil- con los directicos públicos.

       La responsabilidad administrativa de los altos cargos está en pleno florecimiento.

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Diego S. Garrocho, en X:

“Que la investigación en humanidades intente replicar el modelo de las ciencias es uno de los lastres de la universidad contemporánea. El ‘paper’ como unidad productiva, el congreso, las redes, los proyectos… Un humanista en ocasiones sólo necesita tiempo y una buena biblioteca.”

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El 10 de junio, en el blog de Arcadi, sobre el 26 de enero en Barcelona, tema ya de tradicional análisis:

«Buena reflexión ayer a partir de la omnisciencia, siempre tan amada desde el lado de la ficción. De hecho, los cronistas de aquellos días hablan a menudo de la dificultad de movimiento. Es fácil entenderlo (con los medios de la época, además): un ejército que entra y restos del ejército derrotado que aún huyen hacia la frontera, el frío y el fango, algunos movimientos de aviones de combate…

El teniente general Carlos Martínez de Campos y Serrano, en “Ayer”, un curioso libro que estoy examinando estos días, lo comenta al describir su primer día con el ejército nacional en Barcelona. Aparte de algunas cuestiones que serán objeto de lectura laica en la epístola del 26 de enero, el oficial nos dice que resuelve el atasco gracias a un avión del ejército alemán. Por cierto, aquí el puro y las patatas fritas se cambian -según se afirma- por un severo y militar refrigerio (Ricthofen estaba al mando de la legión Cóndor):

Ricthofen nos brinda la gentileza de prohibir a sus soldados -artilleros y aviadores- la entrada en la ciudad; pero él nos invita a una ligera colación en los jardines del palacio de Pedralbes. Luego, en su Junker, nos acerca a Cervera, en cuya estación está nuestro convoy; y, de ese modo, evitamos los atrancos imponentes que la entrada en Barcelona ha originado: […]”. (“Ayer.1931-1953” (1970), p. 183).»

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Vivir el Derecho

1.-Con el nuevo calendario semestral, el curso empieza dos veces cada año. Hemos tenido hoy, pues, la primera clase. Reitero la idea, que ya he expuesto por aquí en alguna ocasión, de la imposibilidad de estudiar Derecho –seria y profundamente- antes de los cuarenta años.

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2.-Por supuesto, hay soluciones para curar esa carencia y para notar –aunque sea con anestesia- la punzada del Derecho en la vida de cada uno. En primer lugar, acercarse y nutrirse de las personas que lo ejercen: intimen ustedes,  queridos alumnos, con jueces y fiscales, con abogados, con algún Inspector de Hacienda, con aquel notario de Pamplona que vino a la movida y que debe estar ya muy mayor (de la quinta de Sabina, más o menos), con los agudísimos agentes de la propiedad inmobiliaria  -hacedores cotidianos de contratos-, etc. En segundo lugar, hay que meterse en los documentos reales: en las sentencias, por supuesto, pero también en los contratos mal redactados, en las multas ininteligibles, en los frondosos boletines oficiales…Afortunadamente, internet es un venero inacabable para estos menesteres. No creo mucho en los “casos prácticos” –casi siempre de laboratorio- y pienso más bien, como decía mi admirado internacionalista Joan Lluis Piñol, que “la práctica se aprende en tres meses” (la teoría cuesta años).

Y, en fin, como tercera herramienta, echarle un vistazo a la prensa. Decía hoy mismo Arcadi Espada, en su crónica del pleito cireneo, lo siguiente:

…        “Estaba declarando el funcionario Alsina, inspector de Enseñanza, que explicaba sus honradas costumbres. Lo primero que hace cada día, cuando llega a su despacho, es leer el Boletín Oficial del Estado y el Boletín Oficial de la Generalitat. Las razones son las mismas, eternas, del lector de periódicos: debe ir colocando el mundo en su cabeza.”

…        Pues bien, lo que hoy son reglas ya promulgadas en el BOE un día fueron noticias y debates periodísticos. Casi todo fue –y será- prensa. Es más, yo era de los que disfrutaba  del diario de papel, por aquello de ir pasando del mundo al suceso, sin zigzaguear a golpe de “click”, como hoy hacemos. Otra cosa es que el nivel del análisis jurídico deba mejorarse, a la manera en que lo han hecho ya las magníficas secciones de economía de nuestros rotativos (la verdad es que no puedo entender por qué todavía no me han contratado).

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3.-Me emociona a mí mismo la defensa de los periódicos que acabo de realizar. Después de la clase, me acerco a Barcelona, donde Lucía Casado nos ha hablado, en el seminario de la Pompeu Fabra, sobre los tormentos que le advienen a la potestad normativa local a raíz de la nueva legislación sobre procedimiento administrativo común (bajo la capitanía del Dr. Argullol y con la eficiencia de Clara Velasco, este seminario se está convirtiendo en el ágora de referencia de la especialidad en Cataluña).

Ya sabemos que el invierno es corto y el tren avanza para beberse el sol que, en pleno febrero, anticipa una primavera desmedida y nos recuerda lo mejor que hubo en nuestra vida. Collserola: el nombre siempre me pareció muy forzado y por mi parte prefería el más popular y menos culto de Tibidabo, que creo que defendió Xavier Borràs en unos trabajos sobre el tema en los que nos envolvimos hace ya muchos años (con Miquel Sodupe Roure y Xeles Gil-Vernet en jefatura).  Hemos recorrido esta sierra pequeña y bellísima con los pies, con los ojos, con el corazón y con la mente más racional y fría. Pero, sobre todo, la entendí mejor en algunos artículos inolvidables de Joan Barril.

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https://www.youtube.com/watch?v=muFOeZSIC2U

 

Here comes the son, fortunately.

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