Diarios dispersos. Bartleby reflexiona.

            Bartleby consideraba que la mejor forma de ser profesor universitario consistía en aplicar –en pleno siglo XXI- su inmarcesible receta: “Preferiría no hacerlo”. Por ejemplo, no elaborar la guía docente ni el listado de competencias transversales y la puntuación desglosada que su expresión concreta conlleva en cada uno de los módulos del temario.

            Bartleby jugaba con ventaja, pues todos sabemos que no parecía tener ningún interés constructivo y que lo del sueldo sólo le inquietó un poco al principio. Sin embargo, su rebeldía le acercaba al momento supremo de la cicuta en Sócrates. Después de leer el artículo siguiente, elaboró durante unos días la tesis de la cicuta selectiva, la amputación por donde pillaba de la egregia figura del docente entregado, investigador de primera, gestor comprometido con la política universitaria, burócrata riguroso y “transferidor de conocimiento” (esto último parecía molestarle especialmente).

   «El profesor chiflado«. Manuel Arias Maldonado (Revista de libros, 15 junio 2022).

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