Arquitectos por esos mundos de Dios (y II).

1.-La exposición repara, por cierto, en la peculiar política inmobiliaria de Zara. El redactor se atreve incluso a afirmar que la publicidad suprema de dicha empresa radica en su brillante presencia física: es bien sabido que, en incontables capitales del orbe, aparece siempre su amplia tienda justo en el cogollo urbano.

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2.-En definitiva, estamos ante un fenómeno peculiar. El expositor apunta que no es algo nuevo e incluso intenta un enlace con García de Padilla, que construyó la catedral primada de América, en Santo Domingo (primer lugar donde reposaron los restos de Colón).  Ahora bien, la acumulación de potencia industrial, empresarial y creadora en estos últimos veinte o treinta años es una estricta novedad, al menos para la época moderna y contemporánea (con algunas excepciones, pero realmente aisladas o episódicas).

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3.-Respecto a la muestra en sí, el planteamiento es correcto y el mensaje se capta bien, pero hay demasiada letra (inadecuada para este género) y se echa en falta un tratamiento gráfico más atrevido y, por tanto, con mayor concordancia con la riada de ingenio que se quiere describir.

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Arquitectos por esos mundos de Dios (I)

1.-Uno de los tópicos más ridículos de estos últimos años ha sido la crítica –demagógica y sin matices- a la “burbuja inmobiliaria”. Comentábamos el otro día con los alumnos de Empresa y Derecho que un fruto palpable de aquella época ha consistido en la eclosión de una edad de oro de la arquitectura y la ingeniería españolas.  Incluso puede afirmarse sin exageración que han nacido unos auténticos “campeones nacionales” –según la vieja expresión francesa- y que, además, compiten en primera línea para obtener los grandes proyectos mundiales.

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2.-Por una carambola no premeditada, me perdí por la exposición “Export. Arquitectura española en el extranjero” (Fundación ICO, Madrid, primavera 2015).  En ella, justamente, se apoya la misma tesis que hace un momento he defendido. Pero, además, se abre el abanico operativo de esta arquitectura.

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   3.-En efecto, no estamos ante un fenómeno simplemente empresarial, sino que el impulso cubre, por ejemplo, la carrera de nuestros arquitectos en sus exilios profesionales de ida y vuelta (y otra vez de ida y de nuevo vuelta, porque el mundo es así y, para el arquitecto, todavía más). Pero existen otros casos meritorios que podrían amargar el día a cualquiera de los pesimistas que nos rodean. Por ejemplo, la nota positiva que recibe la formación universitaria en estos ámbitos (aunque un poco caótica, según se nos dice), el uso puntero en ciertos estudios de profesionales de las técnicas informáticas, la presencia masiva de estos especialistas en obras de mejora de viviendas e infraestructura en los países en desarrollo, algunos avances que pasarían desapercibidos para el gran público –como los que se registran en arquitectura deportiva– pero no para los expertos, la reorientación e incluso el exitoso reciclaje de muchos licenciados hacia el diseño o las artes decorativas o la reflexión crítica (porque el trabajo es escaso) y, por acabar de una vez, el indiscutible nivel internacional de las publicaciones del sector (con una buena legión que ya acompaña a la mítica Arquitectura Viva).

But not only giants.
But not only giants.

 

 

 

 

 

 

 

 

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