«También tuve la suerte de que mi plaza era fija. Los profesores más jóvenes, entonces y ahora, serían mucho más reacios a expresar un punto de vista heterodoxo».
Camille Paglia, Feminismo pasado y presente: ideología, acción y reforma (2008).
1.-En síntesis, el RD 2725/1977 disponía que los vecinos y funcionarios de las Corporaciones Locales que habían desempeñado las funciones de Secretarios habilitados podían quedar incorporados, si lo solicitaban, como “Secretarios habilitados en propiedad y con el carácter de a extinguir, a la plantilla de personal de la corporación que corresponda”.
El requisito clave eran los 24 meses de servicios efectivos,, aunque no fuesen continuados ni en la misma Corporación. En el momento de la solicitud, debán estar desempeñando las funciones aludidas.
2.-Es muy importante señalar que se les reconocía la condición de funcionarios con unas condiciones prácticamente idénticas a los habilitados nacionales, pero su ingreso en los Cuerpos Nacionales no era automático (CONTI FUSTER). De hecho, el art. 9 del RD 2725/1977 disponía lo siguiente:
“El Ministerio del Interior procederá, en su momento, a la convocatoria de las oportunas pruebas selectivas entre quienes resulten nombrados Secretarios habilitados en propiedad para el acceso a una escala de Secretarios de Ayuntamiento a extinguir, con el coeficiente retributivo tres coma tres y conforme al régimen que se establezca.”
3.-La Dirección General de Administración Local convocó tales pruebas “entre Secretarios habilitados para el acceso a la Escala de Secretarios de Ayuntamiento a extinguir”. Una prueba, por cierto, con la tradicional dureza del Cuerpo y que, pese a que no tenía la temible prueba oral, constaba de tres ejercicios selectivos (v. BOE de 19 de febrero de 1979, pp. 4404 y ss.).
Viniendo de antiquísimas tradiciones, como un hilillo presente en la noción religiosa de sacrificio, en el ya olvidado honor aristocrático, en el héroe triste de las viejas canciones populares, se alza, incluso en este hoy ya descreído, algo grandioso y trágico, muy superior a nuestras vidas deshilachadas: la muerte en acto de servicio.