
*Foto: Teodoro Naranjo Domínguez, ABC, «Santa Lucia Patrona de las modistillas»
1.-He observado en ciertas asambleas estudiantiles que algunos participantes intentan ir por la directa y emplean el femenino como género no marcado. Por ejemplo: “¡Todas somos luchadoras contra las tasas!”. El invento no suele funcionar porque, aunque la solidaridad de los combatientes es alta, el peso de la tradición lingüística y conceptual es demasiado elevado y, cuando se apaga el jaleo, se vuelve a la estructura de toda la vida.
En ocasiones he comentado que tengo la hipótesis de que, dentro de unos años, hablaremos directamente de “juezas”, dado el altísimo porcentaje femenino en esta profesión. Ocurrirá un fenómeno parecido al de “enfermeras”, en el que el hablante certifica la presencia abrumadora de mujeres en esta tarea. En cambio, el legislador va a ser reacio en admitir estos usos, porque le van a decir enseguida que excluye a los enfermeros. En fin, veremos cómo resuelve el pueblo estas situaciones.
Desde luego, puestos a elegir, prefiero un incorrecto uso genérico de “profesoras” (cuando estamos todos mezclados) al horrible “profesorado” que tanto gusta a los profetas de la neolengua inclusiva. La única ventaja de este ladrillo -alumnado, estudiantado…- es que deja constancia de la tristeza burocrática de la élite gris que parió el invento.
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2.-Mientras preparaba estas notas, me acordaba de las modistillas, un término y una aureola ya totalmente desconocidos para nuestros jóvenes. Yo aún vi las colas matinales el día de Santa Lucía, su patrona, ante la capilla del mismo nombre, pegada a la catedral de Barcelona. Ahí están, tan campantes, en la foto, en la Gran Vía de Madrid, una de las calles más bellas de España.
Viene todo esto a cuento porque hoy celebramos la primera gran errata en la Era triunfante de la neolengua inclusiva. Me atrevo a decir que los duendes de la imprenta incorporan en cada aparición el espíritu de la época. Así, es fácil recordar la inolvidable equivocación del BOE de 22 de septiembre de 1984, que transcribía el acuerdo de 14 de septiembre de 1984, de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder judicial. Estaba firmado por “El Presidente del Consejo General del Joder Judicial. Federico Carlos Sainz de Robles Rodríguez”. Aquí pueden ver la fotografía: *. Algo queda del momento, con su boletín gris y la tipografía de aquellas máquinas de escribir. El inolvidable Fary lanzaba el mismo año “El toro guapo”* y los restos de gambas y finas servilletas inundaban el suelo de los bares de Madrid.
La errata de hoy ya corre por las redes sociales, pero debo reconocer que me la descubrió en Linkedin el prestigioso abogado Carlos Melón, que nos suele avisar con puntualidad y profesionalidad de sentencias y cuestiones relevantes de Derecho administrativo. Es ya un gazapo posmoderno, con la elegancia y los colorines del pdf. La humanísima incorrección aparece en la Orden AGM/21/2023, de 16 de enero, por la que se establece la convocatoria de ayudas para la financiación de actuaciones de conservación de la biodiversidad en los espacios Red Natura 2000, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia*. Su art. 23.4 precisa lo siguiente (la negrita es nuestra y el texto aparece en la página 2930 del Boletín Oficial de Aragón):
“4. La justificación de la subvención se realizará mediante la presentación por parte de la entidad beneficiaria de una solicitud de pago que irá acompañada de la siguiente documentación:
Solicitud de pago.
Memoria de la actuación (explicar vosotras aquí algo más, decidir si hacemos también modelo de este apartado o la vida no nos da para más)
Una memoria económica justificativa del coste de las actividades realizadas, que contendrá, al menos:
Relación clasificada de los gastos e inversiones de la actividad, con identificación del acreedor y del documento, concepto (vinculado con la actividad), importe, fecha de emisión y, en su caso, fecha de pago. […]”
Kafka y Melville (y el personaje de este último, Bartleby) estarían encantados con este testimonio. He leído algún comentario que se ensaña con la falta de revisión. No estoy de acuerdo. Nos ha pasado a todos y el mejor escribano echa un borrón. Tiene, incluso, su trascendencia lingüística. Sería absurdo considerar que transforma el genérico “administrados” en un cordial “vosotras” (para que llenen o llenemos la memoria). Más bien, está claro que se dirige a las concretas mujeres de esa oficina y hay algo existencial y bello en esa llamada de auxilio ante la radical insuficiencia de la vida.

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