“ 72) Carlo Emilio Gadda empezaba novelas que muy pronto se le iban desbocando por todas partes y se le convertían en infinitas, lo que le llevaba a la paradójica situación –él, que era el rey del cuento de nunca acabar- de tener que interrumpirlas y, acto seguido, caer en profundos silencios literarios que no había deseado.”
Enrique Vila-Matas, Bartleby y compañía.
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