Poemas y papeles del viejo baúl. «Palabras para Julia», de Los Suaves.

1.-No me gusta nada el rock and roll. Pero voy a hacer una excepción para rendirme ante las “Palabras para Julia” de Los Suaves. Mi querido Antonio me la descubre y voy buscando la mejor de las diferentes opciones hasta centrarme en la que más me entusiasma, que es ésta del Viñarock 2004:

Una versión más depurada puede hallarse aquí ***.

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2.-Es cierto que la base musical es todavía la de Paco Ibáñez, pero la transformación es arrasadora y, además, tiene la ventaja de que va directo al centro del poema, a su mensaje esencial. Es magnífica (incluso, creo que rescata más versos originales que en la versión de Ibáñez).

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3.-De José Agustín Goytisolo hay poco que añadir. Compren sus libros –por ejemplo, la edición de su Poesía por Carmen Riera en Cátedra-. Es una buena inversión. También pueden optar por las grabaciones de sus poemas en su propia voz –en Visor-. Ahí descubrí “El show”, gracias al cual entendí la historia de la humanidad, o el inolvidable “A veces”. Este último, en palabras de José Agustín, nace de un impagable fragmento del famoso poema del Arcipreste de Hita incluido en El Libro de buen amor y titulado “Aquí dize de como segund natura los omnes e las otras animalias quieren aver compañia con las fembras”. Los dos versos que sirvieron de arranque al poema de José Agustín son los siguientes:

“E yo, porque so omne, como otro, pecador,

       Ove de las mujeres a vezes grand amor;”

Goytisolo compuso varios poemas para ser cantados y, realmente, muchos de sus versos gozan de una facilidad musical envidiable. En un epigrama de los reunidos en sus Cuadernos de El Escorial concluye que:

    “Hay quien lee y quien canta poemas que yo hice

       y quien piensa que soy un escritor notable.

       Prefiero que recuerden algunos de mis versos

       y que olviden mi nombre. Los poemas son mi orgullo.”

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Poemes i papers del vell bagul. «Segon plagi de Larkin».

[Mentre pensava en el que vaig apuntar ahir en aquest quadern, rescato un poema que vaig escriure el  26 de juliol del 2014.  Potser avui no seria tan implacable, no ho sé. Un altre dia recuperaré el «Primer plagi de Larkin»].

«Segon plagi de Larkin».

En aquest cas, Larkin es cansa de la literatura i jo aprofito per a cansar-me del Dret.

I.-El poema plagiat.

A Study Of Reading Habits by Philip Larkin

When getting my nose in a book
Cured most things short of school,
It was worth ruining my eyes
To know I could still keep cool,
And deal out the old right hook
To dirty dogs twice my size.

Later, with inch-thick specs,
Evil was just my lark:
Me and my coat and fangs
Had ripping times in the dark.
The women I clubbed with sex!
I broke them up like meringues.

Don’t read much now: the dude
Who lets the girl down before
The hero arrives, the chap
Who’s yellow and keeps the store
Seem far too familiar. Get stewed:
Books are a load of crap.

II.-«Segon plagi de Larkin».

“Diverses maneres d’entendre el Dret”.

Quan era bastant més jove,

vaig passar força temps clavat

davant la retorçada lletra

petita dels manuals, construint

la tramposa seguretat

del gris estudiant que prospera.

 

Després, més gran, en la comèdia

de comprar i vendre embarcat,

les lleis m’ajudaren a entendre

del Poder les rares creacions

-monedes per al familiar

peculi, sal i un gra de pebre-.

 

Ja no miro coses jurídiques.

El seu ridícul llebre per gat

i aquest pa dur com una pedra

em fan sovint les digestions

lentes. Cal la purga total:

el Dret és un munt de merda.

 

 J.Amenós

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Poemas y papeles del viejo baúl. Carlos Barral.

Poemas y papeles del viejo baúl. Carlos Barral.

[Anotado el 11 de noviembre de 2015].

Se nos fue Yvonne Barral. Como dijo Arcadi Espada,  ella «merece la admiración de todos los que consideramos a Carlos Barral como un asunto propio«. Baste  este mínimo y estimado fragmento de  las Memorias de Carlos Barral, un monumento literario e histórico, el libro que anula todos los panfletos de autoayuda:

        “Dije que Calafell me había descubierto el miedo adulto, los miedos de la madurez, y cuento una historia que hubiera podido ocurrir en cualquier parte. Pero no es una asociación gratuita. Es en Calafell, desde ese personaje disfrazado de viejo marinero ahora, de simple marinero y de viejo prematuro hace quince años, que tiene tiempo de juzgar al escritor escaso y premioso, al editor institucional de la izquierda literaria, al padre de familia abrumado, es en Calafell donde he ido identificando los temores que tienen que sortear las artes de ser maduro. El miedo físico, a la falta de respuesta del cuerpo, tantas veces presente en los ejercicios de la mar, el miedo a volverse tonto, a perder imaginación y memoria, tan frecuente en el paseo solitario mascando los versos de un poema inacabado que no quiere continuar, el miedo a la inseguridad, el miedo a enfermar, a verse disminuido y en definitiva el miedo a uno mismo,  a no saberse soportar más. El acarreo del miedo, de toda clase de vagos temores confesables pero que no interesan a nadie, y sobre todo del miedo al desacuerdo definitivo con la propia imagen, es una constante de la conciencia de madurez. Terminada la juventud se está a merced del miedo. Y es natural que el miedo nos asalte principalmente en los paisajes del ocio, en el secreto de las pausas en las que somos nuestro propio interlocutor”.

Carlos Barral.

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