Notas al pie para textos inexistentes

50.-

        1.-El régimen jurídico del informe de género en los Planes Generales de Ordenación Urbana fue examinado en la sentencia de la Sala Tercera del Tribunal supremo , sección 5ª, núm. 1375/2020, de 21 de octubre de 2020 (Rec. 6895/2018). Se trata también, como ya ocurrió con la sentencia relativa a la anulación de la planificación territorial relativa a la Costa del Sol, de un litigio de considerable relevancia social. En concreto, la sentencia establece la conformidad a Derecho de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, en lo tocante al actual estadio Wanda metropolitano.

        El Tribunal Supremo, en el fallo que comentamos, casa y anula la previa sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Esta sentencia había estimado el recurso contencioso-administrativo contra el Acuerdo de aprobación definitiva de la modificación  puntual del PGOUM relativa al Área de Ordenación Especial 00.08 “Parque Olímpico-Sector Oeste” y el Área de Planemaiento Específico 20.14 “Estadio de la Peineta”, Distrito de San Blas-Canillejas, declarando su nulidad.

Estadio Wanda Metropolitano (2018).jpg

(Fuente: aquí).

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        2.-En la sentencia de instancia se declaró la nulidad de pleno derecho del planeamiento aprobado por omisión en el procedimiento de aprobación de un informe sobre impacto de género. Es verdad que, tal como recoge el fundamento jurídico décimo cuarto de la sentencia del Tribunal Supremo, el Tribunal Superior de Justicia había declarado que “la falta de previsión de los usos que realmente se quieren implantar delimita la imposibilidad de obtener un informe de impacto de género adecuado, más allá del mero incumplimiento de la obligación y de su necesaria, al menos, evacuación a la vista de las únicas dotaciones estipuladas y su alcance en relación con el contenido de dichos informes, tal y como se ha ido reseñando.”

        Es decir, se nos dice que la indeterminación del plan por lo que respecta a los usos no permitía elaborar un “informe de impacto de género adecuado”, pero había que realizar el trámite a la vista de los datos efectivamente existentes.

(Fuente: aquí).

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        3.-Ahora bien, el Tribunal Supremo entiende que no era preceptivo el informe de impacto de género. Se remite en este punto a la doctrina fijada por el mismo Tribunal Supremo en su sentencia 1750/2018, de 10 de diciembre, a la que ha seguido la  STS 426/2020, de 18 de mayo. El Tribunal reproduce la argumentación de la primera sentencia, que ya conocemos.

        Entre los múltiples aspectos que damos por examinados, debemos aún resaltar que el Tribunal Supremo recordó que en la Ley del Suelo de 2007 y leyes posteriores (art. 3.2 del Real Decreto Legislativo 7/2015) se recogió entre los principios del desarrollo territorial y urbano sostenible “la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres”. Ahora bien, lo cierto es que la legislación estatal no ha incorporado ningún trámite específico para su concreción en el planeamiento urbanístico, a diferencia de lo ocurrido con otros principios. Entre estos últimos, se citan los siguientes:

        a)-La evaluación ambiental de los instrumentos de ordenación territorial y urbanística, de acuerdo con lo previsto en la legislación de evaluación de determinados planes y programas en el medio ambiente. (art. 15.1).

        b)-Informes en la fase de consultas sobre los instrumentos de ordenación de actuaciones de urbanización (art. 15.3)

                -Informe de la Administración hidrológica sobre la existencia de recursos hídricos y sobre la protección del dominio público hidráulico.

                -Informe de la Administración de costas sobre el deslinde y la protección del dominio público marítimo-terrestre, en su caso.

                -Informe de las Administraciones competentes en materia de carreteras y demás infraestructuras afectadas, acerca de dicha afección y del impacto d ela actuación sobre la capacidad de servicio de tales infraestructuras.

        Debe tenerse en cuenta que los tres informes citados serán determinantes para el contenido de la memoria ambiental, que sólo podrá disentir de ellos de forma expresamente motivada.

        c)-Igualmente, el art. 15.4 dispone la elaboración de un informe de sostenibilidad económica, que se incluirá en la documentación de los instrumentos de ordenación de las actuaciones de nueva urbanización, de reforma o renovación de la urbanización y de las actuaciones de dotación.

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        Y 4.-Al cerrar la referencia a la jurisprudencia vigente, el Tribunal recuerda que, para lograr la igualdad efectiva entre hombres y mujeres no es necesario el sometimiento del plan a un trámite específico (en este caso, el informe). El plan puede ser impugnado por vulnerar la igualdad y el control judicial ha de alcanzar a esos extremos [como quaestio iuris que es].

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Tiempo de silencio (y II)

Aunque cada uno puede interpretar la abundante ironía de Martín-Santos como crea conveniente, me arriesgo a introducir nuestras acostumbradas negritas y a cerrar la cita que iniciamos ayer:

 

“Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceñas, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros –por otra parte- que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan embriagadas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas mayores y de varios palacios encantados –un palacio encantado al menos para cada siglo-, tan incapaces para hablar en su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede  convertirse en piedra pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son importantes, tan vueltas de espalda a toda naturaleza –por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla-, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan poco visitadas por individuos auténticos de la raza nórdica, tan abundantes de torpes teólogos y faltas de excelentes místicos, tan llenas de tonadilleras y autores de comedias de costumbres, de comedias de enredo, de comedias de capa y espada, de comedias de café, de comedias de punto de honor, de comedias de linda tapada, de comedias de bajo coturno, de comedias de salón francés, de comedias del café no de comedia dell’arte, tan abufaradas de autobuses de dos pisos que echan humo cuanto más negro mejor sobre aceras donde va la gente con gabardina los días de sol frío, que no tienen catedral.

[…]

De este modo podremos llegar a comprender que un hombre es la imagen de una ciudad y una ciudad las vísceras puestas al revés de un hombre, que un hombre encuentra en su ciudad no sólo su determinación como persona y su razón de ser, sino también los impedimentos múltiples y los obstáculos invencibles que le impiden llegar a ser, que un hombre y una ciudad tienen relaciones que no se explican por las personas a las que el hombre ama, ni por las personas a las que el hombre hace sufrir, ni por las personas a las que el hombre explota ajetreadas a su alrededor introduciéndole pedazos de alimento en la boca, extendiéndole pedazos de tela sobre el cuerpo, depositándole artefactos de cuero en torno de sus pies, deslizándole caricias profesionales por la piel, mezclando ante su vista refinadas bebidas tras la barra luciente de un mostrador. Podremos comprender también que la ciudad piensa con su cerebro de mil cabezas repartidas en mil cuerpos aunque unidas por una misma voluntad de poder merced al cual los vendedores de petardos de grifa, los hampones de las puertas traseras de los conventos, los aprovechadores del puterío generoso, los empresarios de tiovivos sin motor eléctrico, los novilleros que se contratan solemnemente para las capeas de los pueblos del desierto circundante, los guardacoches, los recogepelotas de los clubs y los infinitos limpiabotas quedan incluidos en una esfera radiante, no lecorbusiera, sino radiante por sí misma, sin necesidad de esfuerzos de orden arquitectónico, radiante por el fulgor del sol y por el resplandor del orden tan graciosa y armónicamente mantenido que el número de delincuentes comunes desciende contínuamente en su porcento anual según las más fidedignas estadísticas, que el hombre nunca está perdido porque para eso está la ciudad (para que el hombre no esté nunca perdido), que el hombre puede sufrir o morir pero no perderse en esta ciudad, cada uno de cuyos rincones es un recogeperdidos perfeccionado, donde el hombre no puede perderse aunque lo quiera porque mil, diez mil, cien mil pares de ojos lo clasifican y disponen, lo reconocen y abrazan, lo identifican y salvan, le permiten encontrarse cuando más perdido se creía en su lugar natural: en la cárcel, en el orfelinato, en la comisaría, en el manicomio, en el quirófano de urgencia, que el hombre –aquí- ya no es de pueblo, que ya no pareces de pueblo, hombre, que cualquiera diría que eres de pueblo y que más valía que nunca hubieras venido del pueblo porque eres como de pueblo, hombre.”

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Tiempo de silencio (I).

  Días de relectura de Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín-Santos. Fue mi profesor de literatura, Pedro Alonso, el que me descubrió esta novela (que, lógicamente, no me gustó nada la primera vez que la leí). Como es sabido, ya no soporto las novelas, pero me encantan aquí la voluntad de clavar un ensayo en el enclenque cuerpo argumental, la ironía permanente y el inacabable juego lingüístico. Por otra lado, una manera perfecta de acercarse a una concreta gran ciudad española a fines de los años cincuenta del siglo pasado.

 

”Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceñas, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros –por otra parte- que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan embriagadas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas mayores y de varios palacios encantados –un palacio encantado al menos para cada siglo-, tan incapaces para hablar en su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede  convertirse en piedra pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son importantes, tan vueltas de espalda a toda naturaleza –por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla-, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan…”

[continuamos mañana]

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«Francesco Indovina. De l’ordre i el desordre a la ciutat» (Oriol Nel·lo).

Té tota la pinta de ser un llibre fonamental. A més, admiro especialment Francesco Indovina – i també Oriol Nel·lo, que ha ajudat a introduir-lo entre nosaltres-. Precisament, del blog d’aquest últim prenc l’article d’avui,  que podeu seguir en el format orignal aquí *** o bé tot seguit amb la nostra tipografia:

1.-En la seva Teoria General de la Urbanització (1867), Ildefons Cerdà explica l’impacte que va rebre en la seva joventut, en descobrir les possibilitats dels mitjans de transport mecànics. «Llavors, comparant els temps amb els temps, costums amb costums i elements amb elements» -escriu Cerdà- “vaig comprendre que l’aplicació del vapor com a força motriu assenyalava per a la humanitat el terme d’una època i el principi d’una altra., I que al present ens trobem en un veritable estat de transició«. Un període en el qual s’haurien confrontar el vell ordre i l’ordre naixent. La durada d’aquesta lluita entre passat i present seria més o menys llarga, però en tot cas es dirimiria a les ciutats, les quals, haurien de ser «el camp d’operacions d’aquesta mateixa lluita titànica de dues civilitzacions que es disputen el domini del món«.

De l‘ordre i el desordre a la ciutat tracta precisament l’últim llibre de Francesco Indovina, un dels més fecunds i conspicus analistes italians del fenomen urbà contemporani. L’autor, que ja va impartir una conferència a Barcelona sobre aquest tema l’any 2016, parteix d’una pregunta que no pot ser més rellevant: per què –s’interroga- malgrat els intents reiterats de dotar-les d’un ordre, les ciutats acaben sempre presentant un nivell més o menys elevat de desordre? Per què, podríem afegir, l’artefacte més sofisticat i complex que la societat ha construït per protegir-se de les inclemències de la natura ha acabat sent percebut com una font de transformacions i inquietuds imprevisibles?

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2.-Per respondre aquesta qüestió, Indovina centra en bona part la seva anàlisi sobre l’urbanisme, la disciplina a la qual la col·lectivitat ha recorregut, al llarg dels segles, per sotmetre els impulsos privats a un disseny i un designi comú en la construcció de la ciutat. Per això, afirma l’autor, l’urbanisme es caracteritza per una forta vocació de dictar un ordre: defineix – a través de normes i plans– allò que és possible i desitjable de fer a la ciutat, i amb això tracta d’establir un ordre per al present i prefigurar un ordre per al futur. Aquest ordre no és, de cap manera, només formal, sinó que afecta també a l’organització social, la vida econòmica, el poder polític, així com a la cultura i els rites que configuren i expressen les creences col·lectives. Per això, en qualsevol període històric, l’ordre urbanístic es troba estretament relacionat amb l’ordre econòmic i social prevalent.

El punt central del raonament de l’autor rau en l’afirmació que aquest ordre a la ciutat (i en la societat) mai és (ni pot ser) perfecte. En primer lloc, les innovacions tecnològiques i científiques obren noves possibilitats i indueixen a l’alteració de l’ordre. Bé és veritat, com recordava Cerdà, que els poders establerts poden resistir-se al canvi, però les bases materials per a l’alteració de l’ordre existent, un cop descobertes queden a disposició dels agents socials que les vulguin emprar per induir la transformació urbana. D’altra banda, els diversos grups socials presents a la ciutat detenen interessos diferents, sovint contradictoris, i per això aquells que es troben en situació subalterna tractaran d’alterar un ordre que no els afavoreix: només subvertint-lo aconseguiran prosperar i millorar la seva sort. De nou, davant aquestes pulsions de canvi, que induiran inevitablement al desordre, aquells que resulten afavorits per l’ordre existent tractaran de mantenir-lo amb l’objectiu de consolidar els seus interessos i els seus privilegis.

De la presència d’un i altre factor -el canvi tecnològic i la contradicció social- sorgeix una doncs una pugna insomne, a través de la qual, de manera sorda o oberta, es dirimeix el manteniment o l’alteració de l’ordre existent. Per aquesta raó, afirma Indovina, a la ciutat » ‘Ordre’ i ‘desordre’ s’oposen a una mena de lluita sense quarter, però, tot i oposar-se, són elements dinàmics l’un de l’altre, es sostenen recíprocament, no es contraposen».

Un dels principals valors d’aquesta aproximació dialèctica rau, al nostre entendre, en el fet de despullar de connotacions morals les nocions d’ordre i desordre. Al contrari, la imposició d’un i altre estat resulta, en cada circumstància històrica, instrumental per a l’afirmació de determinats interessos socials. Així, la imposició d’un ordre urbà a través de la pràctica urbanística pot traduir, en certes circumstàncies, la voluntat d’afavorir només a uns pocs: els propietaris del sòl, els promotors immobiliaris, els grups socials més benestants. L’ordre urbanístic es converteix d’aquesta manera en un instrument per al manteniment dels privilegis d’aquells que tenen el poder econòmic i polític a la ciutat. Ara bé, la imposició de l’ordre urbanístic pot respondre també a un intent de limitar aquests privilegis i d’afirmar els drets del conjunt de la ciutadania: el dret a l’habitatge, a l’espai públic, als serveis urbans. En aquest cas, l’ordenació urbanística ve a limitar els interessos dels privats en benefici de la col·lectivitat. Es podria fins i tot concebre un ordre urbanístic l’objectiu principal del qual fos contribuir a eradicar els privilegis socials a la ciutat i aconseguir una alta equitat social.

Si, com veiem, la noció d’ordre pot tenir connotacions socials diverses segons les circumstàncies històriques i els interessos que defensi, la noció de desordre no vehicula significats menys complexos. D’una banda, el desordre pot ser el resultat de la pugna dels que menys tenen per millorar la seva situació. Pot ser, així mateix, la conseqüència de la introducció d’innovacions tècniques que alterin les condicions de vida i les formes de producció de béns i serveis. Però el desordre pot ser també la conseqüència de l’acció dels agents privats, privilegiats o no, per eludir i vulnerar els límits que la col·lectivitat els ha imposat. L’apropiació de béns comuns, la corrupció i múltiples formes de les irregularitats urbanístiques són expressions clares d’aquest tipus desordre.

Aquestes són les raons que porten Indovina a afirmar que en qualsevol societat dinàmica ordre i desordre han de conviure de manera inevitable i permanent a la ciutat. En aquest context, la ciutat construïda constitueix al mateix temps un punt de partida ineludible i un límit a superar. A El 18 Brumari de Lluís Bonaparte, Marx afirmava que la tradició de les generacions mortes oprimeix sovint com un malson el cervell dels vius. A la ciutat, el pes del passat no resideix només en la tradició, sinó també en les formes construïdes: el traçat els carrers, l’espai públic, el parc d’habitatge, els monuments i els símbols que són el llegat d’ordres i desordres pretèrits. Per això, la formes urbanes existents constitueixen certament un fet consumat amb el qual les generacions actuals han de fer necessàriament els comptes. Però al mateix temps, aquestes formes constitueixen un límit enfront del qual cada generació (i cada urbanista amb voluntat transformadora) no pot de cap manera aturar-se. Emilio Sereni ha afirmat una cosa molt similar al discórrer sobre la transformació del paisatge.

Aquesta voluntat de transformació conté, de manera inevitable, la prefiguració d’un nou ordre: tot procés de canvi, inicialment subversiu, tendeix cap a la normativització, cap a la institucionalització. Ara bé, aquest ordre, un cop establert, serà qüestionat per nous elements de desordre que l’ alteraran i subvertiran fins que una nova situació d’aparent estabilitat, o d’aparent ordre, sigui aconseguida, i així successivament. Per això, ens diu Indovina, «l’ordre urbà ha acabat sempre per representar una aspiració i mai una realització«. Es podria dir amb això que el seu argument manté un cert parentiu amb la teoria del doble moviment enunciada per Karl Polanyi en relació a l’evolució de les societats contemporànies: aquella alternança històrica que oposaria, d’una banda, la innovació i al canvi, i, d’altra , la norma i la cohesió.

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3.-Indovina desenvolupa el seu assaig, com imposen els cànons de la dialèctica, en tres apartats. Dedica el primer a la voluntat d’ordre urbanístic i als seus concrecions al llarg de la història de la ciutat contemporània: d’Ebenezer Howard i Le Corbusier a l’urbanisme reformista italià de finals del segle passat. El segon apartat versa, en canvi, sobre el desordre urbà, les seves causes i les seves conseqüències sobre la funcionalitat i l’equitat de la ciutat. L’epígraf final constitueix la reivindicació d’un urbanisme divers: aquell que, sense renunciar a l’aspiració d’assolir formes d’ordre urbà més justes, eficients i sostenibles, és conscient de la impossibilitat (i la improcedència) de cancel·lar els conflictes. La superació de la contraposició entre ordre i desordre s’ha d’assolir doncs, per Indovina, no en la quimèrica imposició absoluta d’un estat sobre un altre, sinó a través del govern permanent de les transformacions econòmiques, socials i urbanes.

Per si no n’hi hagués prou amb això, el volum inclou dos florilegis de textos clàssics referents als temes tractats. El primer conté una trentena de passatges sobre l’ordre urbanístic, procedents de l’obra d’altres tants grans urbanistes. El segon està format per una dotzena de textos literaris i d’assaig sobre el desordre urbà, extrets de l’obra d’altres tants escriptors i experts. Una i altra selecció ofereixen una panoràmica especialment suggeridora i faran les delícies del públic lector. L’escassa presència de dones entre els autors integrats en l’antologia ha de ser vista, sens dubte, com una expressió més de la prevalença al llarg dels últims segles d’un ordre -en aquest cas la visió masculina de la ciutat- i la necessitat del desordre destinat a transformar-la.

En definitiva, Ordine e disordine nella città contemporanea (Milà, Franco Angeli, 2017) és una obra extraordinàriament interessant, tant en la seva concepció teòrica com en la seva realització pràctica. La seva lectura resulta no només recomanable per a estudiants i docents, sinó molt profitosa per a tota persona que vulgui comprendre i contribuir a transformar les nostres ciutats.

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[La versió italiana d’aquest text ha estat publicada a Casa della Cultura, Milà, 7.12.2018]

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«Bay Area creates new opportunities for HK», by Oriol Caudevilla (and II)

Wednesday, March 13, 2019, 10:43

«Bay Area creates new opportunities for HK«

By Oriol Caudevilla

Oriol Caudevilla says the Bay Area vision offers much to SAR residents who can both contribute to and benefit from the national development plan

When, in 1992, Deng Xiaoping embarked on his famous Southern Tour of China, visiting Guangzhou, Shenzhen and Zhuhai, he permanently changed China’s direction toward free market economic development, pointing out how this area would be a game changer in future. The Southern Tour was Deng´s final large political act of his remarkable career.

Almost 30 years later, the paramount leader’s bold predictions were borne out by China’s breakneck developments. Not only has China grown to become the world’s second-biggest economy, all those cities he visited have achieved phenomenal economic growth and prosperity for its citizens. For example, Shenzhen, which was the first of the special economic zones to be established under Deng’s blueprint, had in 2017 an economic output of US$338 billion, surpassing that of Guangzhou and Hong Kong, and ranking No 3 in China, just behind Shanghai and Beijing, not to mention having achieved almost overnight a reputation as a leading research and development, innovation and technology and high-tech manufacturing hubs.

While Hong Kong profits from being “the gateway to China”, this role will admittedly diminish as the Chinese mainland keeps opening up its economy and financial system, making it progressively easier for foreign investors to make direct contact without going through a middleman. Thus it would be wise for Hong Kong to diversify its economy as much as possible. It must therefore grab hold of any opportunity to do so

However, the Chinese government decided to take a step further by creating the Guangdong-Hong Kong-Macao Greater Bay Area, bringing together the two special administrative regions of Hong Kong and Macao plus nine municipalities in the Guangdong province.

The Bay Area has a combined population of over 69 million people and a GDP of around US$1.5 trillion (comparable to that of the Tokyo Bay Area and the New York Metropolitan Area).

The Bay Area has been called by some media “China’s plan to beat Silicon Valley”, and not without reason. I could add countless data to support this affirmation, but it would be pointless for the purpose of my article. Suffice it to say that the Chinese government never skimps on expenses when it comes to big projects that would bring prosperity to the country.

As per the 11 chapters of this project, each of the cities will play an important role based on its respective strength. For example, Hong Kong will play a key part as a financial center, while Shenzhen will leverage its technological prowess, where cutting-edge technology companies like Huawei and Tencent are domiciled.

Why is the Bay Area project important for Hong Kong? While Hong Kong profits from being “the gateway to China”, this role will admittedly diminish as the Chinese mainland keeps opening up its economy and financial system, making it progressively easier for foreign investors to make direct contact without going through a middleman. Thus it would be wise for Hong Kong to diversify its economy as much as possible. It must therefore grab hold of any opportunity to do so. And the Bay Area is, without any doubt, just the ticket for the many good opportunities it offers.

One of the main concerns expressed by Hong Kong people is how will the Bay Area benefit them. In response, the central government introduced early this month eight policy measures to facilitate Hong Kong and Macao people in engaging Bay Area projects.

Chief Executive Carrie Lam Cheng Yuet-ngor wasted no time in welcoming these new measures, stating that they will greatly benefit both Hong Kong and Macao residents living and working in the Bay Area. According to Mrs Lam, these are only the first batch of new measures and more will follow. Specifically, Beijing has promised lower taxes and more subsidies for professionals and entrepreneurs from the SAR. Furthermore, a stay that lasts shorter than 24 hours will not be counted as one day when the mainland authorities calculate a Hong Kong resident’s personal income tax due under the mainland’s taxation code.

Our professionals working in the Bay Area cities will be allowed to pay the same amount of tax as they would for equivalent jobs in their home city. The mainland’s top personal income tax rate is 45 percent, compared to Hong Kong’s 17 percent.

Other new measures will allow universities and research institutes in Hong Kong and Macao to obtain funding from the provincial and municipal governments in Guangdong.

There are also measures to introduce immigration facilitation reform pilot schemes in the Bay Area that would facilitate vehicles from Hong Kong and Macao to enter and exit mainland ports.

According to Lam, these measures will enable Hong Kong residents to work and reside in the mainland cities of the Bay Area, strengthening the flow of people and goods and information exchange.

The Bay Area master plan provides a unique opportunity for Hong Kong to be part of a national development plan that will bring wealth, jobs, R&D and untold opportunities to the area. Let’s make no mistake about it: The Bay Area project would proceed with or without Hong Kong. I think it is far better to ride the wave of prosperity than to be a timid bystander.

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The author holds a doctorate in Hong Kong real estate law and economics (UAB). He has worked as a business analyst for a Hong Kong publicly listed company. 

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«Bay Area creates new opportunities for HK», by Oriol Caudevilla (I)

1.-Our collaborator Oriol Caudevilla sends us today his latest article, published in China Daily. Caudevilla informs us that the Chinese Government has set in motion the Greater Guandong-Hong Kong-Macao Bay Area. Perhaps the reader has a vague idea of ​​the territorial scope of this plan. It would be enough to think that it includes eleven large cities or metropolitan areas and that it reaches, altogether, almost seventy million people. These set of cities include the mythical Guanzhou –“the factory of the world”- , Hong Kong and Macao -which still have a special administrative status- and Shenzen -the Huawei campus, the telephone that the reader may have in hand-.

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2.-It is very interesting the initial reference to Deng Xiao Ping «Southern Tour of China”  in 1992, visiting Guanzhou, Shenzen and Zhuhai. It was a surprise visit to Special Economic Zones that had been established in the early eighties. In it, the top leader confirmed the Chinese government’s commitment to economic liberalization and the implementation of radical free market methods. Kerry Brown has described in a summarized and brilliant way the importance of this trip in his article «Deng Xiaoping’s Southern Tour«.

 

 

[Designer unknown (佚名)
1992, December
Comrade Deng Xiaoping in his South Investigation Tour to Shenzhen
Deng Xiaoping tongzhi nanxun Shenzhen (邓小平同志南巡深圳)
Publisher: Lingnan meishu chubanshe (岭南美术出版社)

Source: chineseposters.net.]

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3.-The subsequent story is well known. China, with their immense economic success, will be soon the world’s leading economy.

       It is likely that the Spanish reader will remember the phrase of Deng Xiao Ping popularized by Felipe González in 1985, after a visit to the Chinese president: «white cat, black cat, it does not matter if he hunts mice«.

       The new project of the Greater Bay Area will reduce the peculiarities of Hong Kong and Macao and will include them in an area where the Western public / private categories vanish. It is interesting, by the way, the application of the principle of personality in the tributes to the citizens of Hong Kong, although they operate in other cities of the Greater Area.

Let us say, finally, that the first infrastructures already built under government planning place us under dimensions beyond the reach of the European reader. Just take a look at the official website of Greater Bay Area and check some of their pictures.

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«Anar a viure a Barcelona»

...1.-L’essència de l’activitat dels historiadors rau en detectar què queda del passat i què ha canviat. Advertir, per tant, la subtil dialèctica entre la pedra i l’aigua que corre. Aquesta perspectiva és una bona manera de llegir el següent fragment de Josep Pla, “Anar a viure a Barcelona”. És un article inclòs a al seu deliciós volum Barcelona, una discussió entranyable.  És un llibre imprescindible per a comprendre la ciutat –sobretot, l’Eixample- malgrat que hagi quedat un pèl eclipsat pel seu grandiós El quadern gris. Observi’s que, en ambdós casos, Pla  rememora aproximadament els primers vint-i-cinc anys del segle XX.

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2.-Per motius d’espai, no podem incloure la continuació de l’article, que és igual de sucosa que el fragment inicial. Recordo que, fa molts anys, en un debat sobre els subjectes decisius en la configuració de la forma de les ciutats, un arquitecte se situà entre les posicions més liberals –centrades en la llibertat de l’individu- i les posicions més socialitzants –confiades en el paper de l’Administració-, tot afirmant que el protagonista realment operatiu eren les famílies. En aquesta línia va precisament la part final de l’article.

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3.-Pel que fa al tema de la «Galeria de catalanes formoses», al qual al·ludeix Pla, no va ser gens anecdòtic i va tenir un ampli suport dels intel·lectuals de l’època. Pere Corominas va arribar a dir que es tractava de crear en la civilització catalana, la Gioconda dels nostres fills. De fet, la Junta Municipal d’Exposicions d’Art va anunciar un concurs de pintura que premiés el millor retrat de dona. Va guanyar Ramon Casas, amb el Retrat de dona de la Sra. Baladia (1907). Aquí he afegit, però, el retrat amb el mateix autor i model datat l’any 1908. Ambdós retrats van generar diversos escàndols i reaccions que no és pertinent ara de referir.

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«En el país, el mite d’anar a viure a Barcelona és molt vell i és practicat des de fa molts anys. En aquests últims temps aquesta il·lusió s’ha ampliat a totes les terres pobres de la Península Ibèrica, de manera que avui no hi ha cap desgraciat en aquestes terres que no aspiri a venir a viure a Barcelona. La immigració en massa sobre aquest país s’inicià a l’època de la prosperitat de la primera guerra mundial i s’accentuà amb l’Exposició de Montjuïc i la construcció dels metropolitans. Arribà una gran quantitat de peonatge. L’autobús que d’una manera regular portava gent a Barcelona des de Múrcia fou anomenat el transmiserià. Jo he viscut aquest moment inicial.

        Però en l’augment de la volumetria de Barcelona ha intervingut un altre factor: el factor indígena o català.  Arribar a viure a Barcelona o en els seus voltants ha estat no solament l’ideal de tots els pobres de la Península, sinó el de tots els pobres del Principat, i encara de tota la burgesia catalana provincial. Des del punt de vista de la quantitat, de l’extensió, hi ha una tal diferència entre Barcelona i les altres viles catalanes, que en el moment d’arribar a Barcelona hom sent que es troba en un lloc diferent, davant d’unes possibilitats totalment noves, davant d’un paisatge que des de tots els punts de vista és insospitat.

La immigració de la burgesia provincial catalana sobre Barcelona és un fenomen curiós, perquè no sol ésser corrent en altres llocs. En l’àrea de la nostra civilització, com més pobres viuen en una ciutat, menys rics és possible de trobar-hi, excepte en les temporades convingudes, perquè els rics viuen, generalment, al camp. Però aquí passa al revés: tothom vol anar a viure a Barcelona, rics, pobres i mitjans o menestrals.

Aquest èxode de la burgesia provincial sobre Barcelona té, és clar, unes causes. El factor que tingué més pes en aquest desplaçament fou la por davant les continuades convulsions polítiques i socials que caracteritzen la nostra vida col·lectiva des dels Àustries. En el curs dels segles XIX i XX, el moviment s’accentuà. Durant les guerres napoleòniques, moltes famílies que vivien sobre les seves terres es traslladaren a la capital de la seva comarca. En el curs de la primera guerra civil es desplaçaren a la capital de la província. En el curs de la segona, passaren definitivament a viure a Barcelona. Les convulsions socials del segle XX han rematat aquest èxode d’una manera gairebé completa. Avui l’ideal d’anar a viure a Barcelona es pot considerar com un ideal pràcticament realitzable. A fora, només hi queda la mediocritat, els qui no han pogut arribar a realitzar-lo.

Però a més a més de la por hi ha jugat altres factors. Si les aspiracions d’una família consisteixen a dedicar els seus fills a les professions liberals, Barcelona els ha ofert –almenys en aparença- un camp molt dilatat. Les aglomeracions voluminoses, les ciutats grans, donen a la gent la idea que la intel·ligència humana depèn del lloc on hom viu, que hi ha unes intel·ligències de capital. I com que tothom, avui, vol ésser intel·ligent, no hi ha ningú que no vulgui tenir una intel·ligència de capital. Aquestes fantasies són delirants. Però només la fantasia té eficàcia.

Sigui com sigui, el cert és que en aquest país a l’hivern, tant en el camp com en les petites poblacions, i com –gairebé diria- a les capitals de província, no hi queden més que els qui tenen l’aspecte de no haver pogut marxar. Les persones que necessiten, en aquests topants, una mica de conversació i un polsim d’entregent passen estones molt amargues.

Jo tinc la idea, encara, que en l’atracció que ofereix Barcelona a la burgesia provincial, petita o gran, les senyores hi han jugat un paper molt important, perquè per elles Barcelona és un autèntic paradís terrenal. Barcelona és una població de gran sensibilitat econòmica, sobretot al matí, quan les pessetes es posen a voleiar i la gent les vol atrapar. Per això els homes hi solen tenir un mal humor, una morgue persistent i continuada. Sempre fan mala cara, se solen trobar malament, i molts presenten un color trencat. La sensibilitat econòmica de Barcelona explica per què hi ha tants metges que van tirant. En canvi, les senyores hi maduren d’una manera perfecta, s’hi tornegen, s’hi engreixen, s’hi dauren, s’hi engreixen, en la pura normalitat vegetal. A Barcelona les dones solen ésser boniques. Son boniques les senyores solteres i sovint més boniques les senyores casades. Aquella galeria de retrats de senyores boniques que Xènius proposà anys enrere, sospito que hauria estat de senyores casades.

        […]”

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Presentación, hoy, de «Barrios y crisis. Crisis económica, segregación urbana e innovación social en Cataluña».

Cuando oigo hablar de «neliberalismo», ya me preparo para el mitin. Sin embargo, retiro inmediatamente mis prejuicios ante la presencia de dos gigantes -el maestro Oriol Nel·lo y Quim Brugué-. En fin, les paso las dos referencias:

1.-La oficial.

2.-La buena,  que es la del blog de Oriol Nel·lo.»Barris i crisis: presentacions i debats«.

3.-El comentario de los monstruos:

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«¿Cómo transformarán nuestras ciudades los automóviles sin conductor?» (TONYA RILEY).

I.Arcadi Espada tiene a bien informarnos semanalmente de la publicación de algunos artículos selectos del mejor periodismo que se publica allende nuestras fronteras. Traigo hoy aquí un artículo escogido de TONYA RILEY con el apasionante título de “How will self-driving cars reshape our cities? ”(¿Cómo transformarán nuestras ciudades los automóviles sin conductor?).

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IIEs curioso observar que el avance tecnológico va dejando atrás o suavizando ciertos debates que parecían eternos. Por ejemplo, la tensión entre grandes superficies y comercios de proximidad se va licuando ante la irrupción de las compras por internet, que golpea a ambos. Algo parecido va a ocurrir con el par ciudad densa/ciudad compacta, que va a ser revolucionado con el túrmix de los coches sin conductor.

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III.-Norteamérica ya lleva tiempo enfrentándose a la cuestión de los automóviles inteligentes e incluso ya se está produciendo un aluvión de modificaciones normativas para empezar a encajar estos artilugios. El artículo que hoy transcribimos constituye simplemente la reseña de un debate, pero da algunas pistas interesantes (e inquietantes, según como se mire). Por ejemplo, la reducción de plazos para  la implantación –se juega ya un horizonte inicial de cinco/diez años, lo cual es una buena noticia para nuestra quinta-, la entrada en tromba en el transporte de mercancías –lo cual supone la eliminación de miles y miles de puestos de trabajo-, la generación de un volumen espectacular de datos sobre los flujos reales de movilidad –no las simples suposiciones o los controles en puntos concretos-, etc.

El artículo fue publicado el 20 de marzo de este año y lo transcribimos en castellano con algunas negritas como subrayado y la habitual clasificación en tres partes. La traducción es nuestra.

[Aparecen en la fotografía original Andrés Martínez -director editorial de Future Tense-, Michael Crow -presidente de la universidad del Estado de Arizona- y Tekedra Mawakama, responsable de política global de Waymo].

 

[Future Tense nace de la colaboración de Slate, New America  y Universidad del Estado de Arizona, con el objetivo de examinar la relación entre las tecnologías emergentes, las políticas públicas y la sociedad.]

 

1.-Cuando tenía 16 años, hice una prueba de 30 minutos y alguien me dio un permiso para conducir; luego otra persona me entregó un automóvil. Mirándolo retrospectivamente, todo aquello no parecía ser muy prudente”. Así se expresaba Tekadra Mawakana, vicepresidente de relaciones gubernamentales globales y políticas públicas de Waymo, en un reciente debate organizado por Future Tense. Waymo había sido fundado como proyecto Google X Moonshot [empresa con sistema de trabajo creativo y en equipo; nota del traductor] en 2009 para la lucha contra los accidentes de tránsito [actualmente, Waymo ya está centrada en los coches sin conductor; nota del traductor] .  Se le preguntaba si podría haber pronto coches sin conductor en las calles de ciudades como Phoenix. Afirmó que “siempre habrá escenarios casi totalmente imprevisibles, pero lo cierto es que estamos trabajando en ese objetivo”.

Pese a los millones de kilómetros (billones si contamos las simulaciones)  ya recorridos y los billones de fondos de inversión ya gastados, el futuro de un mundo sin conductores que ya dibujan compañías como Waymo, Lyft y Uber todavía plantea más interrogantes que respuestas para los planificadores urbanos que tendrán la responsabilidad de encajar los nuevos instrumentos en las infraestructuras de transporte actuales. El debate organizado el 13 de marzo por Future Tense en Washington, en el centro Barrett and O’Connor de la Universidad del Estado de Arizona (Future Tense nace de la agrupación de Slate, ASU y New America) analizó cómo los autos sin conductor reformarán nuestras ciudades.

Eric Anderson, director de transporte de la entidad metropolitana de Maricopa (Maricopa Association of Governments) señaló que la presencia de un sector públicoadverso al riesgo” es una de las razones por las cuales las ciudades inteligentes y las carreteras parecen desarrollarse a un ritmo mucho más lento que la tecnología de la conducción automática (que ha hecho enormes avances en la última década).

El desafío que afrontamos en el sector público es el siguiente: cómo nos mantenemos al día en relación con la nueva técnica y cómo prevemos que en diez años (o incluso en cinco) tendremos la infraestructura adecuada para y en marcha”, indicó Anderson. Esto es especialmente cierto en Phoenix, donde la población seguirá creciendo al mismo tiempo que, según sus previsiones, el número de conductores irá disminuyendo (es cierto, no obstante, que el acto tuvo lugar antes de que un peatón fuese golpeado por un vehículo sin conductor de Uber en Tempe, Arizona, mientras iba en bicicleta, con resultado mortal).

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2.-Una de las claves de todo este tema radica en el debate sobre si los automóviles sin conductor aumentarán la densidad urbana o si, gracias a la nueva posibilidad de hacer muchas cosas mientras se viaja, los estadounidenses se atreverán a vivir aún más lejos de los centros urbanos.

Creo que harán las dos cosas. Se inclinarán por las dos opciones, aunque no lo sabremos hasta que la gente comience a hacer cambios efectivos en su forma de vida.” Así se expresó Grady Gammage, investigador principal del Morrison Institute for Public Policy, de la Universidad del Estado de Arizona. Las ciudades tendrán también que volver a evaluar el uso de espacios de estacionamiento y de diversas infraestructuras urbanas que, a causa de los nuevos coches sin conductor, quizá podrían convertirse en reliquias del pasado.

Junto a la pregunta de quién será el responsable de esta reinvención del paisaje urbano, se planteó quién será el auténtico beneficiario: las ciudades o las empresas. En este sentido, hay que apuntar que se puede obtener un nuevo rendimiento económico de casi todo, desde los datos de los trayectos realizados hasta los nuevos dispositivos de entretenimiento para los pasajeros. Justamente por ahí nace una complicación relevante: los municipios van a  tener en sus manos una recopilación amplísima de informaciones sobre el consumidor. Se abren, entonces, nuevas preguntas.

La mayoría de leyes sobre privacidad afectan a la relación entre el consumidor y la empresa de servicios, pero habrá que ver el papel que juega en este caso un tercero, que será el municipio”, observó Jordan Crenshaw, consejero político adjunto y ejecutivo del Chamber Technology Engagement Center, en la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.

En Pittsburgh, donde más del 60 por ciento de la población ha entrado ya en contacto con la tecnología de la conducción autónoma –gracias a un acuerdo del municipio con Uber- Karina Ricks, directora del Departamento de Movilidad e Infraestructura urbana, afirmó que su entidad local se centraba ahora en algunas de las muchas cuestiones morales que el automóvil sin conductor ha puesto sobre el tapete.

Existe un rol para los vehículos en nuestras ciudades, pero tal vez no tanto como los usamos hoy”, afirmó Ricks, quien cree que hay un empleo excesivo de los automóviles en los viajes de corta distancia (tanto urbanos como en las afueras). Además, dio la culpa a las ineficiencias actuales del transporte público,  que no provenían de la falta de vehículos, sino del coste de dotarlos con conductores de carne y hueso (e incluso de la duda que se plantea al respecto de cara al futuro: ¿debe ser también automático el transporte público?).

No hay nada más eficiente que un autobús de 40 pasajeros”, dijo Ricks.

El papel de los coches autónomos en los sistemas de transporte público fue un tema recurrente en  la discusión, particularmente cuando se pensaba en su utilización para poblaciones desfavorecidas.

El director senior de políticas públicas globales y jefe del ámbito de vehículos autónomos de Lyft , Robert Grant, sugirió que los servicios que suministra su empresa y otras formas de “microtransporte” seguirán respondiendo a las necesidades de las personas que no reciben servicios de autobuses o que tienen otros problemas de movilidad. También señaló que fenómenos como el aumento en los servicios de entrega comercial han cambiado el funcionamiento del tráfico en las ciudades.

Hace cinco años, la cuestión era: “Deben Uber o Lyft estar en la ciudad?”. Ahora, no obstante, la mayoría de las urbes en todo el mundo han aceptado que son parte del ecosistema de transporte. En este momento, la pregunta es: “Bueno, ¿qué efecto están teniendo?”, dijo Grant.

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3.-Una consecuencia inevitable, por supuesto, ha sido la tensión entre los servicios de chófer compartido y los trabajadores [incluyendo aquí a los taxistas]. Esto es algo que la automatización va a acelerar. La mecanización representa una amenaza para el trabajo que ahora existe y, en ese sentido, los oradores señalaron la necesidad de  valorar el impacto humano de la adaptación a las nuevas tecnologías. Michael Crow, presidente de la Universidad del Estado de Arizona, planteó la  exigencia de encontrar nuevas ocupaciones para sectores como, por ejemplo, los empleados en el transporte por carretera, cuyos oficios están siendo reemplazados. Estamos ante “una enorme cuestión social”.

Ricks subrayó que, aunque se puede “mirar los datos y analizarlos”, es esencial centrarse en las conversaciones reales con los pasajeros y en el posible  cambio cultural, de cara a asegurar que los coches sin conductor realmente beneficien a los ciudadanos.

Curiosamente, el impacto ambiental en las ciudades de los vehículos  autónomos  disfrutó de poco juego en el debate, aunque Ken Laberteaux –científico principal senior en el Instituto de Investigación de Toyota en Norteamérica, puso sobre la mesa la duda de que todos los coches sin conductor acabaran siendo  eléctricos. Precisó lo siguiente:

La electrificación llegará si es universal y absolutamente preferible a los automóviles con gasolina”.

Incluso con sus potenciales beneficios, Ricks aún teme que la proliferación de empresas privadas de viaje compartido –que todavía favorecen el interés individual sobre el bien público- genere, en última instancia, un rechazo por parte de la población. Citó un ejemplo de prototipo de una compañía privada que tenía la misma capacidad para pasajeros que un autobús, pero dotando cada asiento con un receptáculo privado. Y concluyó:

Creo que hemos sido testigos de los que está provocando la pérdida de cohesión social en nuestro país, y no estoy seguro de que ese sea al camino que realmente queremos seguir”.

Ambos carecen de conductor, de acuerdo con el trabajo de Waymo.

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Gran Vía, pasado y proyectos.

A Marc y Aina.

       1.-Como voy siempre de mi corazón a mis asuntos, suelo huir de la democracia directa y sus llamadas a la participación, de hacer de vocero en los plenos municipales y, en fin, de todas esas cosas que a veces, sólo a  veces, sirven de algo. En mi particular quiero y no puedo, me veo como un culto y adinerado bourgeois francés plenamente confiado en sus representantes ante l’Assemblée Nationale, mientras dedico mis días a las letras y a la cultura física.

       Ahora bien, es cierto que uno no puede desentenderse de las graves cuestiones y he de prestar mi atención, por tanto, a los trámites participativos dispuestos por la autoridad democrática. Por no atender debidamente a los plazos, me he perdido la posibilidad de concurrir al Foro Local organizado por el Ayuntamiento de Madrid. En concreto, creo que me tocaba el Distrito Centro. Aunque estoy empadronado en Tarrasa (Barcelona), cumplo  los requisitos de la mayoría de edad y del desarrollo de “actividades educativas, culturales, comerciales, deportivas o cualesquiera otras que impliquen una vinculación demostrable con el distrito”. Por admiración y por costumbre, no soporto una visita a Madrid sin pasar por Gran Vía.

Edificio Carrión -o Capitol-. Fuente: Latitudes infinitas, un blog de viajes, para viajeros

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2.-El presente artículo ofrece muy poco espacio para comentar esta enciclopedia de  arquitectura que es la Gran Vía, que arranca en Alcalá hasta que se ofrece ella misma para descansar en Plaza de España y  acariciar a la Torre de Madrid y al Edificio España, justamente para integrarlos en sus perspectivas fabulosas.  Como digo, pues, no hay manera de resumir aquí las lecciones constructivas de esta franja de asfalto que, desde su mismo origen, renunció a la rectitud y se atrevió a jugar con cuestas y con tramos.

Es probable que los lectores tengan algún recuerdo o fotografía del edificio Carrión o Capitol (el de la Schewppes) –un prodigioso milagro Art-Décó de Feduchi y Gutiérrez Soto – o el rascacielos de Telefónica, producto norteamericano en su concepción y aquí ejecutado y matizado por Ignacio de Cárdenas. En fin, sería inacabable, aunque me van a permitir el capricho de destacarles el Café de San Luis  -el tradicional Hotel Senator-  no sólo por su elegancia suave, sino también por alguna misteriosa presencia machadiana, de la cual me informó cierto cronista.

Edificio del Café de San Luis o antiguo Hotel Senator. Fuente: ManuelBlas. Madrid.

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3.-Los proyectos para entregar la Gran Vía a los paseantes han sido abundantes en estos últimos lustros. Me viene a la memoria un dibujo sobrecargado de árboles, estanques y caminitos (creo que era de Oriol Arquitectura, SL). Por ahora, ya se ha iniciado una rudimentaria y provisional ampliación de aceras, que las gentes usan muy cautelosamente, como si no se lo acabasen de creer.

La Gran Vía, en un día experimental de cierre peatonal (Fuente: El Confidencial).

 

Parece que  se ha levantado cierta polémica ante la falta de información sobre la  solución final. He leído que ya se están encargando bancos para los peatones y cosas así. Mañana mismo llamo a mi amigo Miguel Jaenicke, del vivero de iniciativas ciudadanas, a ver si sabe algo.

Por mi parte, ya se trate de un uso total o parcial en favor de los que andan, propongo una superficie limpia, plana, sin mobiliario ni aditamentos (sólo los obligatorios semáforos y quizá las inevitables farolas). Recuerdo con admiración la reforma de la Rambla de Cataluña hace unos años, en Barcelona, que sugirió el patrón indicado y que fue un éxito (aunque luego, lamentablemente, empezaron a aparecer trastos por todas partes).

En fin, como aportación al expediente, les traigo una buena descripción de la Gran Vía de los años sesenta y setenta del siglo pasado, a través de la lupa de la literatura, en el Francisco Umbral de la Trilogía de Madrid (para los que tengan tiempo, no está nada mal el montaje que dejo al final, elaborado por Javier Di Granti bajo el título “El último crack”, en homenaje a José Luis Garci, aunque es verdad que no se limita a la Gran Vía). Añado mis negritas habituales en el texto de Umbral para subrayar ciertas manías:

       “Arroz a la cubana con plátano frito. Días, semanas, meses de arroz a la cubana con plátano frito, a eso sabía Madrid, a eso olía, a eso sabía la gloria, la fama, el cine, el periodismo, la mierda (los retretes de los restaurantes económicos estaban perfumados, por la cercanía de la cocina, de arroz a la cubana con plátano frito), y todos masticábamos el sabor de nuestro fracaso previo, de nuestra tristeza previa, de nuestro previo cansancio, masticando arroz a la cubana con plátano frito (quizá llevase asimismo un huevo pálido, pequeño, barato e insípido, a veces), y Madrid era la Babilonia del arroz a la cubana con plátano frito por las calles del Barco, Valverde, Luna, Madera, Ballesta, Peligros, a la sombra neoyorquizante de la Telefónica, de todos los edificios de la Gran Vía que empezaban ya a ser precatálogo y muy Chicago años veinte, y en cuyas traseras estábamos nosotros, los escritores noveles, los periodistas sin carnet ni escuela, los seminaristas de paisano que habían venido a Madrid para una operación y se habían quedado, los maestros nacionales que habían venido para unas oposiciones, los habían suspendido y también se habían quedado, los cubanitos/gusanitos que llegaban huyendo a nado de la revolución de Fidel, recientita nomás, y que vivían a la sombra clemente del mulato Gastón Baquero y de los comedores de Auxilio Social (que no se abrían desde la posguerra, y ahora les daban a los gusanitos un potaje recalentado de entonces, un rancho fascista de antaño), y el día de la semana que no abría Auxilio Social, allí estaban los cubanitos, en el forro urbano/suburbano de la ciudad, comiendo arroz a la cubana con plátano frito, que a lo mejor el plato lo habían traído ellos, por el nombre mismo, y la Gran Vía, perfumada de puta y Guadarrama, tenía un revés hediondo de arroz a la cubana y dulzarrón plátano frito.

Pero en la subida de la Gran Vía, a mano derecha, estaban Miguel Mihura y Edgar Neville, en Chicote, escribiendo sus cosas a la hora en que aún no habían llegado las putas del vermú, que eran las que trasnochaban de día, como hubiera dicho Quevedo, y más adelante, encima de Espasa-Calpe, estaba Concha Lagos, una poetisa cursi que daba de merendar a los líricos de juegos florales los miércoles por la tarde (café y pastas, copita de ojén), haciendo sus poemas de enferma, hablando de Anselmo Miguel Nieto, que la había pintado cuando los dos eran jóvenes, y concursando a todos los premios nacionales José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco, como una Gabriela Mistral teñida, anabolena y sin talento.

Y subiendo un poco más, a mano derecha, estaba la redacción de La Codorniz, con Chumy Chúmez y Herreros haciendo su humor de un surrealismo mesetario e inspirado, y por todas las cafeterías con nombre de rancho americano estaban los guionistas de cine escribiendo sus guiones, y en la calle de Jacometrezo estaba don Ángel Ganivet escribiendo su Idearium, entre la sífilis, el latín, el patriotismo granadí, el granadismo patriótico, las mulatas y el suicidio, y ya al final de la Gran Vía, o sea al otro lado, en la plaza de España, en la Torre de Madrid, estaba Luis Buñuel escribiendo el guión de Viridiana, tuerto, ciego, genial y bruto, o sea que la Gran Vía era para mí como el rascacielos de la literatura, y por eso me gustaba pasear un poco la Gran Vía, por eso y por ventilar el olor de arroz a la cubana con plátano frito, qué asco.”

 

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