Singularidad de la habilitación nacional y procesos de estabilización

   Mi admirado Federico Castillo precisa, a nivel conceptual y práctico, la distinción entre la habilitación y la estabilización de interinos:

   “Y es que los procesos selectivos para la habilitación de carácter nacional, que son los que puede realizar la Administración General del Estado, no pueden ser restringidos, ceñidos a un puesto o plaza, sino de concurrencia competitiva y con carácter general para todos los puestos y plazas que se encuentren clasificados como tales dentro de una determinada Escala y Subescala. A diferencia de ellos los procesos de estabilización, objeto de la Ley 20/2021, son para plazas y puestos concretos que son los que son objeto de estabilización en una entidad local concreta, pero no para obtener una habilitación.”

 ¿Resulta de aplicación la Ley 20/2021 a los Funcionarios con habilitación local interinos?

Federico Castillo Blanco.

[Fuente foto:*]

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Dissabtes exclusius. Contra l’alumnat.

Per a fugir dels desdoblaments carregosos –bombers i bomberes, nens i nenes, marrecs i “marreques”- , el dogma “inclusivista”  fa ballar per tot arreu unes abstraccions grises i encara més feixugues. A les escoles i universitats campen per aules i passadissos “el professorat” i “l’ alumnat” (en altres llocs també s’abusa de “la ciutadania”, “l’advocacia”, etc.).

D’entrada, cal dir que la  substitució indicada hauria de tenir un ús més reduït. Veiem les raons:

…    Primera.-“L’alumnat” és la classe dels alumnes i això no és exactament igual als alumnes concrets als quals ens referim. Així, podem  queixar-nos de les condicions retributives del professorat (ja es veu que és un tema burocràtic i impersonal), però és difícil que el professorat passegi pel campus. L’alumnat no es matricula, són els alumnes els que es matriculen.

…    Segona.-L’abús de les abstraccions  converteix els  rostres amb cara i ulls en blocs categorials. És lleig, forçat, i fins i tot ridícul.

….Crec que tots entenem que  no és el mateix parlar dels alumnes (alegres, enriolats, cansats, ganduls, saberuts, espavilats, …), que de l’alumnat. Sembla una llenca de ciment ficada a sobre dels bancs. L’avi Marx va estudiar les condicions  estructurals del proletariat, però quan va fer una crida revolucionària no va dubtar: “proletaris de tots els països, uniu-vos”.

…   Tercera.-Totes aquestes voltes les fan per a evitar –diuen- el masculí genèric, que opera en català  per al gènere no marcat. Com és sabut, això no té res a veure amb el sexe, però embolica que fa fort. Ara bé, el resultat final es que acaben emprant sense fre un altre masculí genèric: l’alumnat, el professorat, l’estudiantat (aquest no rutlla, oi?)…Per a aquest viatge no calien alforges.

Per circumstàncies que no venen al cas, porto uns dies remenant reglaments universitaris dels anys noranta del segle passat i començaments d’aquest. Encara es parlava tranquil·lament de professors, acadèmics i alumnes. Ara bé, amb un típic biaix classista, als companys que feien d’administratiu o de conserge ja els havien  ficat a la bossa conceptual del “personal d’administració i serveis”, el “PAS”. Se m’ha acudit defensar que a la Universitat tornin els professors, els estudiants, els tècnics, els administratius i els treballadors,…però no sé si això agradarà al nou clergat.

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Font:aquí.

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.-Articles relacionats:

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Diarios dispersos. Un apunte de Peyró.

   “Por poca voluntad de escándalo que uno tenga, hay que reconocer que, si no te mete en algún problema, quizá no sea un diario. Pasarse de frenada es un riesgo del género, como en poesía lo es pasarse de precioso. El diarista juega siempre buscando la línea.”

        Ignacio Peyró: “Individualidades irreductibles: de diarios y diaristas”  (La Lectura de El Mundo, 8 de abril de 2022).

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Aprendiendo con el trabajo de las factorías. La potestad sancionadora.

         1.-En primer lugar, el profesor establece tres grupos de alumnos, integrados por trece personas cada uno. Se efectúa esta operación de forma aleatoria (puede seguirse el orden alfabético). Esto nos da un total de treinta y nueve personas implicadas. El resto de la clase va a intervenir una vez realizada la primera fase del trabajo.

         Es fundamental la tarea previa del profesor, que debe dividir la lección en nueve puntos de extensión similar y  ha de aportar algunas pistas básicas (precepto legal fundamental, alguna idea clasificatoria, etc.).

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         2.-En cada grupo, el profesor designa los nueve estudiantes que van a redactar los nueve  epígrafes de la lección. Cada  escrito ha de moverse entre un mínimo de 200 y un máximo de trescientas palabras.  Esto es innegociable. Habrá que concretar y resumir, si es preciso. Se utilizarán textos legales y los manuales acreditados de la asignatura.

         Los tres o cuatro primeros días de la semana cada miembro de “la factoría” redacta su apartado. Después, ya en  conjuntos de tres, lo envían cada uno a un compañero del mismo grupo (previamente determinado por el profesor). A estas personas se les denominaba “cabos”, siguiendo la terminología militar (por su carácter estructurador). Los cabos trabajan dos o tres días más, añadiendo, puliendo y ordenando lo recibido. Deben respetar los límites de extensión establecidos (entre 600 y 900 palabras, por tanto).

         Finalmente, los cabos remiten el trabajo a un capitán, que cierra el tema ensamblando lo previamente trabajado (aunque puede ajustarlo, modificarlo o mejorarlo). Por supuesto, en esta tercera y última fase, se respeta la extensión (que se moverá ahora entre 1800 y 2700 palabras). Todos los escritos se redactan en el programa Word, para facilitar las alteraciones.

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         3.-Una vez concluido el trabajo, en la próxima clase los tres grupos se reúnen por separado durante unos treinta minutos (es conveniente usar un aula alternativa) y el capitán comenta los resultados obtenidos. Evidentemente, los envíos también se realizan en dirección contraria, para que se observe cómo ha ido la confección.

         Los capitanes remiten al profesor el escrito y éste se deposita en el campus virtual. Tenemos tres versiones de la lección y, durante unos días, toda la clase (hayan formado parte o no de las factorías que han actuado en este caso, aunque mejor que sean los que no han redactado) pueden presentar públicamente objeciones, felicitaciones especificadas, enmiendas, matices o  sugerencias a cualquiera de los tres temas. Es conveniente que también lo haga el profesor. Se trata de aportaciones breves y claras.

         Para el docente, es importante controlar que se van cumpliendo de forma normal las fases. Para ello, basta contactar informalmente con cabos y capitanes o solicitar aleatoriamente el trabajo realizado a cualquiera de los miembros del grupo.

         Las principales ventajas de este método (que puede combinarse con otros a lo largo de todo el año) son dos:

         -Se observa el nivel de redacción y comprensión de los manuales y de la legislación, con lo cual se detectan vacíos o sinuosidades que el profesor debe ayudar a eliminar en las clases siguientes.

         -Se compensa el trabajo individualizado (propio de la universidad) con una tarea de conjunto que será habitual en las futuras profesiones jurídicas (grandes despachos de abogados, tramitación de procedimientos administrativos, etc.).

         Acompaño aquí* un ejemplo concreto de este sistema, relativo al tema de las sanciones administrativas (los grupos son tres –letra negrita, cursiva y normal-, pero se borran los nombres de los intervinientes).La muestra corresponde al grupo de Derecho Administrativo III del grado en Derecho y Administración de Empresas (año 2022).

Los fabricantes de coches que ya anuncian paros en la producción por la guerra Rusia Ucrania

Fuente: autopista.es.

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Diarios dispersos. De ellos es el Reino de los Cielos.

       1.-Debate con el “Grupo de participación” que dirige mi admirada Marta Lora-Tamayo. Compañeros españoles y, mayoritariamente, iberoamericanos. Dos magníficas ponencias, una sobre una experiencia española (Mabel) y otra bonaerense (Purificación Casals) sobre la atractiva cuestión de la participación  de niños y jóvenes en la configuración de políticas y decisiones de la Administración.

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       2.-Discrepo de que exista un derecho de participación de los niños y rechazo el objetivo de dotarles de más y más derechos (por supuesto, claro, tienen derecho a la vida, a la integridad física, a la libre expresión…). Pero, al menos en urbanismo y ordenación del territorio, lo cierto es que no votan, carecen de deberes tributarios, no ejercen directamente sus derechos patrimoniales…Esto no quiere decir que no les escuchemos. Al contrario, es absolutamente necesario: viven la ciudad desde su propia altura y la sufren y la disfrutan como el primero. Sus ojos miran en gran parte al margen al sistema oficinesco. Los niños están menos hechos y menos formados,  son imprevistos, con algo del mar sin fin y de las flores sin conciencia. No sequemos esa fuente con un exceso de institucionalización y juridificación.

       Algo parecido ocurre con la participación de los jóvenes. El experimento bonaerense edifica una compleja jerarquía de promotores estudiantiles de Educación Sexual Integral [sic].  Se prevé, incluso, su encaje y trabazón con los   Educadores Sexuales Integrales adultos. Creo que estas previsiones pueden estar atadas a la realidad argentina, pero es difícil su traslado, por ejemplo, a España. No creo que resistieran quince días en un debate en la prensa. El encuadramiento juvenil que se articula es excesivo, piramidal, implacable (demasiado cerca del camarada).

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       3.-Desde el mundo del Derecho Administrativo, la corriente clásica tradicional ha sido contraria a las fórmulas de participación directa. Aún recuerdo al maestro Nieto tronando con el concepto implacable de participación-botín. Había posiciones más suaves, ciertamente (Sánchez Morón, por ejemplo). Pero yo me crié con esos abonos (incluyendo algunos sociólogos críticos como don Tomás R. Villasante).

       Ahora bien, a través de la práctica y de las conversaciones con Marta Lora-Tamayo, he aprendido a valorar la participación. Me bastarían, incluso, criterios utilitaristas: ni las autoridades ni los expertos manejan en exclusiva las soluciones. En el caso de los niños y de los jóvenes,  la apuesta es aún más atrayente, porque son los únicos que pueden salirse de la mirada burocrática, profesionalizada o políticamente diseñada.

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Diarios dispersos.

   Leo la convocatoria de un futuro encuentro a celebrar en Madrid: “’Cláusulas sociales en la contratación pública: encuentro con la Ministra de Hacienda del Gobierno de España’”. Lo organiza el Foro CONR.

   En la presentación se anuncia la nueva era con redoble de tambores (y presupuestos redoblados, claro):

Las consecuencias de la crisis actual pueden neutralizarse con las cláusulas sociales en la contratación pública y en las subvenciones. La contratación pública socialmente responsable ayuda a las autoridades a proporcionar servicios y productos de calidad y obtener beneficios sociales adicionales sin aumentar el presupuesto social.

Para que la recuperación económica y social sea posible, las autoridades tienen que utilizar todos los instrumentos a su alcance para subsanar los efectos negativos de la crisis post pandemia. El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia proporcionará unos recursos financieros sin precedentes de los que, en muchas ocasiones, se hará uso mediante la contratación pública.

Es esencial que se puedan aprovechar al máximo las normas de contratación pública, a fin de que estos recursos redunden en una recuperación con los mayores beneficios sociales y económicos posibles para todos, en concreto para las personas con discapacidad, cuyo colectivo es uno de los más afectados por la crisis.”

            Y, con encomiables objetivos, se ajusta el tiro (las negritas son mías):

            “Por eso es fundamental alejarse de una lógica basada en la búsqueda del precio más bajo e introducir consideraciones relacionadas con la integración social, la igualdad de oportunidades y el empleo justo e inclusivo de los más vulnerables, en especial de las personas con discapacidad.

            No, no se trata de que el precio pueda ser complementado con otros criterios relativos a la prestación (por ejemplo, un servicio especial post venta). Lo que hay que hacer es alejarse del precio más bajo, que es una antigualla cuando se dispara con pólvora del rey.

          Una a una van cayendo las instituciones con las que nos sedujeron los liberales. Ayer le tocó a la igualdad ante la ley y hoy le toca el turno a la contratación con el menor gasto para los ciudadanos. Con velocidad de crucero, hacia la nueva sociedad estamental regida arbitrariamente por los nuevos señores (al menos en otras épocas la presión fiscal media no se encaramaba al 40%).

            Postdata: el lugar para hacer política social no es la contratación pública.

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Sábados exclusivos. La belleza de la sorpresa.

1.-Una de los repetidos argumentos de los defensores del mal llamado «lenguaje  inclusivo” consiste en recordar la relevancia que tuvo la fórmula tradicional de inicio de discursos o de programas televisivos: “¡Señoras y señores…!”.  Una expresión con doblete y con las féminas en primer lugar. Un antecedente perfecto de la liberación.

Ahora bien, lo cierto es que esa vibrante entrada pretende simplemente dotar de énfasis a la presencia de mujeres. Tiene, es verdad, algo de aquella educación paternalista (aquellos gestos caducos que hacían a menudo la vida más fácil). Pero no nos perdamos y sigamos con esa idea de realce, de mayor intensidad. Es importante porque, si ya a lo largo del discurso o del programa televisivo voy a duplicar constantemente todos los sustantivos, voy a perder ese subrayado, esa llamada de atención.

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2.-Veamos, por ejemplo, el poema “En el castillo de Luna”, de Jaime Gil de Biedma. En él se describe la vida de un prisionero político que sale al fin de la cárcel. He aquí un fragmento:

“En abril del treinta y nueve,

cuando entraste, primavera

embellecía la escena

de nuestra guerra civil.

Y era azul el cielo, claras

las aguas, y se pudrían

en las zanjas removidas

los muertos de mil en mil.

Ésta es la misma hermosura

que entonces abandonabas:

bajo las frescas acacias

desfila la juventud,

a cuerpo –chicos y chicas-

con los libros bajo el brazo.

Qué patético fracaso

la belleza y la salud.

 

Y los años en la cárcel,

como un tajo dividiendo

aquellos y estos momentos

de buen sol primaveral,

[…]”

El uso de “chicos y chicas” crea un efecto de variedad, de juego, incluso de color y de movimiento, que contrasta con la experiencia de la reclusión. La pincelada se habría borrado si, unos versos antes, hubiera que haber dicho “los muertos y las muertas de mil en mil”.  Es esa duplicación imprevista y no forzada lo que funciona como magnífica figura retórica.

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3.-Lo mismo observé, hace unos días, en el bello poema que Marcel Riera compuso para el día mundial de la poesía de este año:

Sortint de l’institut

En colles pujaven per la riera, nens i nenes

tornant de l’institut, amb el mòbil a la mà

i la motxilla a l’esquena, gairebé sense esma

però empesos per l’ànsia d’assaciar la gana.

 

Duien escrit a la cara que amb les classes

del matí no en tenien prou, i que a la tarda

hi hauria la torna del francès, o la música.

Esverats cap a casa, cap als turons i la vida”.

Toda la gracia del barullo –casi ves correteando  a los “nens i nenes”- se vendría abajo si hubiera que escribir luego “empesos i empeses” i “esverats i esverades”. Bueno, la verdad es que no sé por qué me fijo en estas minucias para seguir con la crítica a unos modos de hablar toscos, feos, insensibles.

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Artículos anteriores:

.-Sábados exclusivos. Si es decisivo, dejémonos de gaitas.

.-Dissabtes exclusius. Primer inventari d’estralls.

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Diarios dispersos.

   Paseo por la normativa de organización de diversas facultades universitarias. Observo una pasión desbordada por la creación de comisiones, que se petrifican y sobreviven mucho más allá del motivo que justificó su creación. Se me ocurre que el verdadero contrapeso al sistema estamental impuesto por la legislación (indispensable en los órganos colegiados de deliberación) sería, precisamente, una estructura favorable a los órganos unipersonales, con una línea jerárquica clara, casi bonapartista…

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Secretaris d’Ajuntament i interventors: resum de la situació.

   Joan Romà i Cunill descriu avui -breument i amb precisió- com estan realment les coses a Catalunya pel que fa als funcionaris locals d’habilitació nacional. Proposa fins i tot fer atractiva la professió als més joves. Però em temo que, malgrat la raonabilitat de la  seva crida, les coses no aniran per aquí.

   «Ajuntaments sense funcionaris vitals» (Diari de Terrassa, 31 de març del 2022).

Font

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